«No se me ocurre mejor lugar que la Aljafería para acoger esta exposición. Por su pasado histórico y los referentes que en sus paredes han ido plasmando diferentes culturas». Con estas palabras presentó ayer Ricardo Calero una nueva exposición en el palacio que hoy es la sede de las Cortes de Aragón. La muestra, que podrá visitarse en la sala Pedro IV del edificio hasta el próximo 9 de diciembre, acoge una selección de imágenes y obras reunidas bajo el título Sueños… y realidades. Este trabajo es fruto de un proyecto que Calero comenzó en el año 2001 con el objetivo de poner el foco sobre el drama de la migración, que en la actualidad está más vigente que nunca.

«El ser humano no tiene memoria parece ser. Anoche mismo vi en las noticias que en una región de Canadá un partido ganó las elecciones con un discurso en contra de la inmigración. Es lamentable. La historia de la humanidad es la historia de las migraciones, no podemos olvidarlo», lamentaba el artista ayer. Su muestra pretende constituirse como «una mirada alternativa» a la de los medios de comunicación tradicionales, que pueden llegar a saturar por la rapidez con la que dan la información. «La misión de esta exposición es remover conciencias y para ello, con mis medios y mis técnicas, busco alternativas para comunicar», añadió Calero.

Sueños… y realidades se expone en una sala partida en dos cuya primera parte, según el creador, resulta mucho más «amable y acogedora», para después pasar a un segundo espacio que resulta mucho más violento para los espectadores. Allí, 16 imágenes de pasaportes flotando en el mar pretenden ser una metáfora de la pérdida de la identidad de los migrantes, que desde el momento en el que se lanzan al mar hasta que consiguen la residencia legal (si la consiguen o si no mueren en el intento) pasan de ser personas a simples cifras. Las imágenes, además, están acompañadas de un texto cada una realizado por alguno de los poetas y escritores más relevantes en nuestra comunidad, como Ángel Guinda, Grassa Toro, Helena Santolaya, Carmen Magallón o Ángel Petisme. La muestra la completan otras imágenes de formato más grande de los pasaportes vagando por el mar, maletas y una urna transparente con forma de barco con unos cuantos pasaportes más dentro.

Este proyecto lo puso en marcha hace 17 años Calero cuando viajó a las costas del sur de la península, allá donde se encuentran Europa y África. Una vez allí, durante varios años se dedicó a navegar con una precaria barca por el mar para después lanzar fotocopias de pasaportes al agua y capturar su deriva. En total, Calero arrojó al océano más de 3.000 fotocopias de su documento de identidad.

«El arte ha de ser comprometido -dijo Violeta Barba, presidenta de las Cortes-. Hemos de estar en guardia, porque en tiempos de crisis los discursos xenófobos tienen fácil calado, aunque por suerte en España ese discurso todavía no es comparable al de otros lugares de Europa». De forma simbólica y para concluir la presentación, Calero regaló a Barba un pasaporte de los que ha utilizado en la muestra.