Algunos de los galardonados en los Premios de la Música Aragonesa celebrada el pasado lunes aún estarán en plena digestión de su éxito. Empezando por la propia organización. Los componentes de Aragón Musical y compañía lograron en esta XV edición superarse a sí mismos con un espectáculo divertido, ameno y a ratos emocionante. No importó que fueran más de dos horas de evento, nadie quiso perderse ni un microsegundo de lo que sucedió en el escenario del Teatro Principal. La ocasión lo merecía, son 15 años de esfuerzo y promoción de los músicos de nuestra tierra y era hora de gustarse, de lucir palmito en unos premios ya definitivamente consolidados.

Pero pasan muchas cosas en la gala que no se ven desde las butacas. Es aquello que sucede entre pasillos, una vez que los artistas se retiran de los focos, trofeo en mano, y se los tragan las bambalinas. Ahí, camino del backestage, donde siempre se ubica el set de fotografía para los premiados, es cuando la timidez se esfuma y los ganadores se funden en abrazos con sus familiares, amigos, colegas... es entonces cuando los protas expulsan la tensión a grito limpio y rebuscan en las neveras champán o cerveza para brindar en la semi intimidad de la zona de camerinos. Dr Loncho miraba abducido su premio, The Fractal Sound estaban encantados de la vida, los Sick Brains se abrazaban a su amigo Pauner, Pecker mostraba su tablas de ganador nato. Y así todos.