El dirigente del trostkismo británico China Miéville se inscribe en la tradición de glorificar la revolución de octubre y achacar sus posteriores «fracasos y crímenes» a la «degradación despótica» de Stalin. Citando a Óssip Mandelstam, «lo que podría haber sido un amanecer se convierte en un ocaso». Posicionándose contra «100 años de toscos, antihistóricos, ignorantes y oportunistas ataques contra octubre», sostiene que «merece celebrarse».