Ironía, humor y sentido crítico son las armas que José Eugenio Sánchez esgrime en los poemas de La felicidad es una pistola caliente , editado por Visor, y que el autor presentó el pasado jueves en la Fnac. Este poeta mexicano, que reside en Monterrey, ya sorprendió con otro libro, Physical Graffiti , con el que ganó el premio internacional de poesía Joven Creación de la Fundación Loewe en 1997. "Era un libro muy diferente a lo que se estaba haciendo en esos momentos", recordó José Eugenio Sánchez. "Mi poética se basa en el rock, sin perder ni el sentido del humor ni algo de lírica", añadió.

Los títulos de sus libros son buena muestra de ello. Si Physical Graffiti alude a un disco de Led Zeppelin, La felicidad es una pistola caliente remite a una canción de los Beatles. "Me gusta considerar la poesía como entretenimiento", afirmó José Eugenio Sánchez. "Hay mucho poeta que quiere ser importante, pero yo creo vivimos un fragmento minúsculo de la historia. Los grandes poetas, como Rimbaud, Baudelaire o Quevedo, ya existen".

La búsqueda de un lenguaje ágil para sus poemas no hace que los textos de Sánchez sean frívolos. "Mi lenguaje puede ser irreverente y estar cargado de ironía", precisó el poeta, "pero trato temas fuertes" . El racismo, los muertos de Juárez o la cultura fronteriza entre Estados Unidos y México son algunos de esos temas, sobre los que el autor ironizó durante la presentación del libro mediante la proyección de un vídeo protagonizado por varias vacas hinchables. "A través de las vacas pueden verse las relaciones entre oriente y occidente: mientras que en un sitio son sagradas, en otro van a parar a los McDonalds. Aunque estos últimos también son sagrados para muchos", puntualizó.

La crítica de la influencia que Estados Unidos ejerce en la cultura actual también es uno de los temas que trata José Eugenio Sánchez en sus poemas, "a pesar de que soy un gran admirador de artistas americanos como Warhol o Ginsberg". El autor señaló la ventaja que supone vivir en la ciudad de Monterrey, en la zona norte de México. "Me sentía con mucha propiedad para hablar de los Estados Unidos", comentó Sánchez. "Monterrey es una ciudad curiosa: estamos en México, pero hemos creado una sociedad distinta, que ni es totalmente mexicana, ni tampoco es estadounidense". Y el poeta también señaló: "Pero en el fondo, todos somos fronterizos de los Estados Unidos, todo el mundo está igual de amenazado y comprometido con ellos". Esta globalización incluye incluso "a los árabes, aunque ellos lo tienen peor, porque además de fronterizos, son el enemigo de los Estados Unidos".