Maribel Verdú, que anoche recibió el Premio Málaga a toda su carrera, aseguró que sin dudar volvería a empezar "siempre y cuando viviese todo" lo que ha vivido, las cosas buenas y "las malas, las decepciones y las alegrías". "Las malas películas, las regulares, las buenas, es lo que se te queda ahí, y si no te pasan cosas buenas y malas, sobre todo las malas, ¿qué vas a entregar a un personaje para que la gente pueda creerte?", afirmó, para después reconocer que su deseo es "vivir con intensidad cada momento de la vida, los buenos y los malos". Sobre las críticas negativas lo tiene "claro": es "imposible gustarle y caerle bien a todo el mundo" seas quien seas y siempre habrá "algún desalmado que criticará a Teresa de Calcuta o a Vicente Ferrer".

Después de haber ganado su primer Goya con Siete mesas de billar francés (2007), en la quinta vez que era candidata, desveló que solo una vez lo pasó mal por no conseguirlo, y fue el año en que se vió ganadora por La buena estrella, de Ricardo Franco.

Maribel Verdú no ha vuelto a rodar desde 15 años y un día, y regresará de nuevo a las órdenes de Gracia Querejeta con Felices 140, que se rodará en junio, y en la que seguirá en su línea de "sufrir como casi siempre" en sus papeles en el cine, mientras que ella ha "hecho sufrir sólo una vez, en Blancanieves".