En 1959, Eduardo Ducay le ofreció a Carlos Saura que participara con él en el rodaje de Carta de Sanabria y al oscense le pareció una buena oportunidad para conocer otra zona de España: «Nos encontramos un territorio que vivía todavía en el medievo, al que acababa de llegar la luz». Y de allí, Carlos Saura realizó un reportaje fotográfico: «La mayoría de los que salen en estas fotos murieron poco después al reventar la presa del embalse». Una buena parte de las imágenes de ese reportaje forman parte de la exposición Carlos Saura. España años 50, que ayer se inauguró en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza donde se podrá visitar hasta el 30 de junio. El propio Saura asistió al acto acompañado de la comisaria de la muestra, Oliva María Rubio, y de la vicerrectora de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza, Yolanda Polo.

La exposición está compuesta por 92 fotografías divididas en ocho apartados: Cuenca, La tarde del domingo, Novillada en la zarzuela, Paisajes, pueblos y gentes de Cuenca, Madrid, Andalucía, Sanabria y Castilla. «Se trata de una colección muy privada y personal que nunca pensé en publicarla. Surge de mis incursiones en coche por la España de los 50 con la intención de descubrir cómo era mi país. Y me encontré zonas muy pobres y otras no tanto, pero retraté la España miserable que vivía al margen de la oficialista que solo hablaba de un país maravilloso para el turismo y el sol», explicó ayer un Saura que no dudó en calificar como «prehistóricas» las instantáneas que vieron la luz por primera vez en un libro, ya agotado, publicado por una editorial alemana.

IMÁGENES NEGRAS / «Son fotografías muy tristes, muy negras, que muestran la miseria de una época en la que los medios de transporte eran las carretas tiradas por mulos o asnos (en una de las instantáneas se puede observar el traslado de dos monjas) y en la que se ve a una gente sencilla, abierta y trabajadora en la que queda clara la elegancia de los españoles», señaló la comisaria de la exposición, Oliva María Rubio.

A lo largo de toda la muestra, se puede contemplar una España pobre con una realidad dura pero con espacios para las diferentes actividades de ocio como las novilladas o incluso los salones de baile en los que los domingos se soñaba con un mundo mejor. «Cuando estaba revisando estas fotografías, me di cuenta de lo que ha cambiado este país en todos los sentidos, en la forma de conversar, en la de estar, en la de sentir... comparado con aquello, la actualidad es un paraíso terrenal», señaló Saura, que confesó que «el 90% de las fotografías» que se pueden contemplar en la exposición «no están preparadas, algo a lo que me ayudaba la Leica M3 que llevaba, que era muy rápida». Y es que, aunque por entonces, Saura era el fotógrafo de los festivales de danza de Granada y Santander, en estos viajes no quería hacer «fotografía artística, intentaba sobre todo hacer un reportaje vivo y vital».

«La fotografía es un invento genial, permite que permanezca el pasado y nos permite recordar. Hoy hay una inflación de ella ya que tenéis esos aparatos ridículos y absurdos que sí que sirven al menos para hacer buenas fotos que sirven para dejar constancia de que has estado en un sitio. Ahora bien, hay que hacer menos fotos y buenas que muchas y malas», reflexionó ayer el cineasta aragonés.

Carlos Saura. España años 50 se podrá visitar, con entrada libre, hasta el 30 de junio en la salas Goya y Saura del Paraninfo en horario de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas. «Es una exposición de un pasado no tan remoto en la que se ve una España empobrecida pero que quizá, con todo lo que hemos vivido en los últimos años, habla de nuestro presente», concluyó la comisaria Oliva María Rubio.