Desde hoy hasta el domingo, Madrid se convierte en la capital del arte contemporáneo y no solo por Arco, ya que la ciudad acoge varias ferias y muestras que se extienden por toda la capital. Estas citas, quizá con menos prestigio, pero no por ello de menos interés, son los reductos elegidos por las galerías que no pueden cumplir los requisitos de Arco, pero que buscan estar presentes en Madrid en esta gran semana del arte en la que están puestos muchos ojos.

En total son tres las galerías aragonesas que participan en estas ferias satélite. La Casa Amarilla de Zaragoza y La Carbonería de Huesca participan en Drawing Room, una cita más centrada en el coleccionismo de dibujo y obra sobre papel, que también abre hoy sus puertas. Mientras que la galería zaragozana Antonia Puyó está presente en Justmad, la feria de arte emergente, que abrió ayer en el Palacio de Neptuno.

IR A MADRID, OBLIGADO

Patricia Rodrigo, directora de la galería Antonia Puyó tiene claro que esta semana es casi obligado estar en Madrid, «pues es una plataforma magnífica para enseñar el trabajo tanto de la galería como, fundamentalmente de los artistas con los que trabajamos, sobre todo cuando nuestra apuesta es por artistas emergentes que hay que dar a conocer».

Rodrigo explica que Justmad se centra en artistas emergente y de carrera media. A los primeros pertenecería Jorge Isla, y a los segundos David Latorre, ambos oscenses Además, este año Justmad está dedicada a Portugal, por lo que también participan con las artistas portuguesas Ana+Betanîa, que presentan una instalación cerámicaa.

Por su parte, Chus Tudelilla, directora de La Casa Amarilla, está presente en Drawing Room, y al igual que Rodrigo estima que «salir a ferias es la única forma de trasladar el horizonte aragonés más allá y el único modo de dar difusión a tu trabajo y al de los artistas que representamos». La Casa Amarilla presenta obras de los artistas Teo González, Fernando Martín Godoy, Begoña Morea y Sara Quintero.

Tudelilla considera «muy importante» la presencia en Madrid, pero al igual que Patricia Rodrigo no se plantea, por ahora, dar el salto a Arco. «Es complicado, hay hasta juicios con galerías que han puesto demandas por no ser seleccionadas. Y además hay que tener una trayectoria. Nosotros llevamos poco más de dos años como galería y para crear esa trayectoria hay que seguir trabajando con una programación consecuente y artistas sólidos, y participar en ferias de otro nivel como estas; todo llegará».

Patricia Rodrigo reitera esta idea, ya que, apunta, «nuestro proyecto con gente emergente tiene dos años y la idea es que vaya creciendo con los propios autores hasta poder pensar en la posibilidad de ir a Arco, donde también, por otra parte, entrar es económicamente complejo.