Lo peor ya pasó. Joan Manuel Serrat quiso mandar ayer un mensaje de tranquilidad, ilusión y gratitud a quienes, durante las últimas semanas, han seguido la evolución de su estado de salud. "Ya estoy en casa", fue la primera frase que transmitió a la prensa en su primera comparecencia pública tras su operación de cáncer de vejiga, el pasado 15 de noviembre.

"No estoy para marcarme un tanguito, pero me siento bien", aseguró con ironía. Un poco más delgado y con aspecto algo frágil, pero con el sentido del humor intacto y la mirada luminosa de quien se sabe superviviente de una dura batalla. "Mi estado me hacer recordar aquello que respondió una vez Katharine Hepburn cuando le preguntaron cómo estaba: ´Estoy perfectamente, sin entrar en detalles´, dijo. Pues igual. Me encuentro mucho mejor de lo que sería de esperar, y peor de lo que me gustaría. Pero, aquí, el tiempo y la sabiduría de la naturaleza son los que mandan", señaló el autor de Mediterráneo, que dijo llevar dos años conviviendo con la enfermedad.

"QUIERO CERRAR ESTO"

Serrat enfila una recuperación, según dijo, completa, que no necesitará "de tratamientos de ningún tipo". Todo el proceso "ha sido muy satisfactorio", aseguró el cantautor, que no quiso especular con su retorno a los escenarios ni hizo alusiones a su actividad profesional. Tampoco cree que la experiencia le inspire a componer ninguna canción. "He pensado en el pobre Cano (Carlos), a quien, cuando le pasó aquello del corazón, hizo una canción. Nací en Nueva York, igual que Superman..." Pero no tengo ganas. Yo quiero cerrar todo esto", concluyó.

Pese a su evolución satisfactoria, el cantautor confesó que le falta algo para sellar su incorporación definitiva a la normalidad. "Estaré totalmente recuperado cuando vuelva a subir al escenario y lo haga con la misma capacidad de respuesta que tenía antes. No puedo dejar de pensar en lo que es mi vida; escribir y cantar. Es mi manera de comunicarme y de sentirme vivo", explicó.