-¿Es España un lugar ingobernable?

-Utilizo la palabra en un sentido de radicalidad democrática. Ingobernable porque no se deja gobernar, porque quiere gobernarse. Como todos los pueblos, como todo ser vivo: el miedo nos empuja a la sumisión; el deseo, a la lucha por la emancipación. En este territorio que llamamos España hay una larga tradición de lucha por la democracia: las revueltas campesinas contra la servidumbre feudal en el siglo XV, la rebelión de los comuneros castellanos y las germanías en valencia y Mallorca, las proclamaciones populares de la primera y segunda república, la movilización popular antifranquista, el 15 M...

-¿Qué es este espectáculo y casi lo más importante, de dónde surge?

-Es un cuentacuentos. El cuento está formado por aquellas ocasiones en nuestra historia que el pueblo, la chusma, ha salido a la calle para luchar por la posibilidad de una vida digna para todos. El cuento, escrito por mí, se enriquece con canciones, poemas, noticias, discursos políticos, mucho humor y música, con Fernando Egozcue. Surge del aburrimiento que produce la historia oficial de grandes estadistas que resuelven las vidas de un pueblo condenado a la minoría de edad.

-¿Cómo ha sido la selección de los textos utilizados? ¿Por qué ha elegido estos y no otros?

-Subjetiva, como siempre. Porque la vida es finita y obliga a escoger. He elegido cosas que me tocaban porque me emocionaban, me dolían, me alegraban, me hacían reír...

-¿Qué se puede contar sobre la escenografía?

-¡No hay! Somos dos personas en escena. Un guitarrista y un cuentista.

-¿Cree que se ha ninguneado el poder de la gente, su importancia y su capacidad para poder cambiar la sociedad?

-Mi impresión es que todos los avances históricos en el sentido de la emancipación han sido posibles gracias a grandes movilizaciones populares. Luego, invariablemente, unas élites u otras se han tomado las riendas del proceso y han contenido el impulso democrático colectivo, estrechándolo. Nuestras leyes impiden la participación política. Los efectos no son tan distintos del modelo de partido único. Sí, podemos votar cada cuatro años. Y nada más. Y es demasiado poco. ¿Cuántas personas votan con ilusión? ¿Cuántas personas sienten que sus representantes están cumpliendo un mandato popular? ¿Cómo expresa el conjunto de la ciudadanía su voluntad sobre cómo quiere que se gestionen los recursos públicos? ¿Alguien lee los programas electorales? ¿Alguien piensa que son un compromiso por parte de quien los exhibe?

-Aunque ha declarado en multitud de ocasiones que huye del adoctrinamiento, ¿se trata de construir un relato alternativo con espectáculos como este?

-Se trata de animar a construir pensamiento propio. No se suministra ninguna verdad. Es muy trabajoso conseguir ver en un Estado que día a día trabaja para mantenernos ciegos. Tenemos que colaborar, compartiendo preguntas, impresiones. Información.

-Lo digo también porque vivimos en una sociedad en la que parece que nos han usurpado los espacios de debate y casi no ha espacio al margen de la versión oficial, ¿no cree?

-Absolutamente. La producción de ignorancia sobre nuestro pasado ha sido y es una cuestión de estado. La frase es de Emilio Silva, presidente de la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), y la suscribo por completo.

-Le he leído que ha dicho que cree en el derecho a decidir, ¿no deja de ser una reivindicación de una democracia participativa quizá en la línea de movimientos como el 15M?

-Si no es participativa, no es democracia. Pienso.

-¿Puede ser el teatro un canalizador del descontento de la gente?

-El teatro es una necesidad. Una persona contándole a otra una historia, es teatro. Son ficciones que inventamos para representar la realidad en el intento de desconocerla un poco menos. Viene de la palabra griega theatron: lugar para ver.

-Últimamente apuesta por el teatro contemporáneo y combativo, ¿echa de menos asumir otros proyectos?

-Sí. Echo de menos las cumbres del repertorio universal: Shakespeare, Calderon, Valle Inclán, Chejov. Todos ellos, por cierto, modernos y combativos.