FANFARE CIORCARLIA

LOCAL Explosivo Club, de ZaragozaFECHA

viernes, 25 de abrilASISTENCIA

250 espectadoresViernes, 25 de abril. Deberíamos haber celebrado el aniversario de la Revolución de los Claveles portuguesa, pero ya vimos que incluso sus protagonistas (los militares que se rebelaron contra la dictadura salazarista) estaban más que cabreados por el devenir histórico de su hazaña. Es lo que pasa con las revoluciones, vengan de donde vengan: unos de dejan la piel y la vida para que triunfen, y luego llegan otros y las pervierten en beneficio propio. Así que en vez de entonar Grândola, Vila Morena, la canción de José Afonso (hoy vivamente reivindicado) que fue la señal para que comenzara la revuelta, fuimos al Explosivo Club en busca de músicas que nos levantasen un poco en ánimo.Allí actuaba la formación rumana (originaria de Zece Prajini) Fanfare Ciocarlia, una de las bandas balcánicas de metales más sobresalientes. Fanfare engarza con singular brío ritmos locales (hora, sirva, geamparale...) con influencias serbias y macedonias, meneos de creación más o menos reciente y aportaciones internacionales. Fanfare es, además, famosa por su rapidez de ejecución: su turbo orgánico poco tiene que envidiar a las pulsaciones sintéticas más aceleradas. Mas no se crea que el mérito musical de la Ciocarlia reside únicamente en esa habilidad, no; si se lo propone, su toque se muestra lleno de matices y colores: una especie de sugerente be bop gitano. El viernes, en la primera parte de su concierto, ofreció un repertorio en esa onda, más reflexivo que bailongo, aunque siempre festivo, en el que no faltaron guiños a las vibraciones manele del patriarca Dan Armeanca: de hecho interpretó una de las piezas de Devil's Tale, el hermoso, calmado y puntilloso disco que el grupo ha grabado al alimón con el guitarrista canadiense Adrian Raso.Luego, en la segunda mitad, llegó la traca o lo que es lo mismo: Fanfare Ciocarlia con la directa metida, revisando piezas populares de esas que Goran Bregovic tiene la costumbre de presentar como propias (Bubamara, Mesecina, Nicoleta...), rumbas de la escuela Gipsy Kings, e incluso Born To Be Wild, el célebre himno rock escrito por Mars Bonfire e interpretado por Steppenwolf, que Dennis Hopper incluyó en la banda sonora de su película Easy Rider. Fue entonces cuando volaron las litronas, subió (aún más) la temperatura de la sala, y exclamamos con alborozo, brindando por una nueva, universal y perenne Revoluçao dos Cravos: ¡Esto sí es

Grândola, Vila Morena

internacionales be bopDevil's Tale

Bubamara, Mesecina, NicoletaBorn To Be WildEasy Riderheavy