El malestar de la familia de Pablo Serrano ante la instalación en el museo al que da nombre el escultor de la colección Circa XX, adquirida por el Gobierno de Aragon a Pilar Citoler por 1,5 millones de euros, y el silencio institucional ante la petición de los herederos del artista de Crevillén de que se cumplan todas las condiciones incluidas en el decreto por el que se creó el museo y se hizo efectiva la donación de sus obras en 1995, puede llevar a estos a demandar a la DGA ante los tribunales.

Precisamente mañana jueves finaliza el plazo otorgado para que el Gobierno aragonés conteste a la petición sobre el cumplimiento del decreto, presentada por escrito en el mes de enero. En caso de no ser atendidas su solicitudes, a partir de la próxima semana se pondrá en marcha el procedimiento legal.

Así lo explicaba ayer la nuera de Pablo Serrano, Susana Spadoni, madre y representante de la heredera universal del escultor, su nieta Valeria Serrano, que es además directora honorífica del museo. Y es que, a pesar de que tanto el director general de Patrimonio, Javier Callizo, como la consejera de Cultura, Dolores Serrat, insisten en que la relación con la familia de Serrano "es fluida" y que no existe "ningún conflicto" entre las colecciones de Pablo Serrano y Circa XX, la realidad es muy distinta ("hace mucho tiempo que no se nada de esta gente", decía ayer Spadoni) y todo apunta a que las discrepancias acabarán en los juzgados. "Que allí se decida quién tiene razón", señaló.

INCUMPLIMIENTOS La nuera del escultor ha manifestado en varias ocasiones su malestar por no ser consultada para "ninguno" de los movimientos realizados en los últimos tiempos en el IAACC Pablo Serrano, entre ellos y, sobre todo, la adquisición de la colección de Pilar Citoler, que será instalada en este museo. Algo que, por ser directora honorífica del mismo, la DGA estaba obligada a hacer, según el decreto de creación del centro. Igualmente, entre los incumplimientos de aquel acuerdo están la creación de un consejo rector que regiría el museo, la creación de una comisión asesora que nombraría al director y que si entraba en el centro otra colección, como ha sucedido ahora, habría que nombrar un conservador específico para la obra de Serrano.

El Gobierno de Aragón, por su parte, en palabras de Javier Callizo, considera que aquel convenio ha quedado anulado por leyes de rango superior como la Ley de Patrimonio y la de Museos, "que hacen que este centro deba gestionarse como cualquier museo público", y señalaba que la DGA seguiría las recomendaciones que sen su día hizo del Justicia de Aragón, "que puso de relieve que una fundación no puede crearse por decreto".

Susana Spadoni, sin embargo, entiende que el decreto por el que en su día se deshizo el patronato de la Fundación Pablo Serrano para crear el nuevo museo fue un acto de generosidad por el que, además, su hija Valeria cedía una serie de derechos a cambio de otros, "que no se han visto cumplidos". Un acuerdo que quedó constituido como pacto de gobierno y que no se ha llegado a ver nunca materializado. Además, existe otro condicionante y es que Valeria Serrano no llegó a firmar aquel convenio, "porque al entrar el nuevo gobierno nadie ya lo pidió y todos dieron por bueno lo acordado". Un hecho que podría originar una nueva situación, pues se podría plantear si la donación es o no válida.

De todas las formas, Susana Spadoni, confusa por no poder crearse una fundación para la obra de Pablo Serrano, pero sí para la de Pilar Citoler, asegura que su intención es sencillamente "que se cumpla el decreto, pues llevamos 23 años peleando por poner en valor la obra de Pablo Serrano y en estos momentos consideramos que se está despreciando".