El pasado 22 de abril el Centro Dramático Nacional (CDN) estrenaba en la pequeña sala El Mirlo Blanco, del Teatro Valle Inclán de Madrid, la obra Firmado Lejárraga, un texto de la dramaturga y escritora de éxito Vanessa Monfort con un importante componente aragonés en su configuración, ya que está dirigida por Miguel Ángel Lamata y cuenta en el elenco actoral con los también zaragozanos Jorge Usón y Gerald B. Fillmore. Lo sorprendente, y reamente extraordinario, es que ahora el CDN ha recuperado la obra para ubicarla en la sala principal del Valle Inclán, haciéndole dar un salto cuantitativo y convirtiéndola, como está demostrando la aceptación del público y la crítica, en una de las obras más reseñables de este diciembre teatral en la capital española, donde puede verse desde el pasado día 4 al 22 de diciembre.

«La obra nació como un encargo a Vanessa sobre la figura de María Lejárraga, una autora que escribió las obras que firmaba su marido, Gregorio Martínez Sierra, entre ellas Canción de cuna o El amor brujo de Falla, para un ciclo llamado En letra grande, que quería sacar a la luz a personas que no habían sido suficientemente. Vanessa me propuso dirigirla y me lancé», cuenta Miguel Ángel Lamata, quien explica que el montaje fue concebido para la pequeña sala El Mirlo Blanco, «que tiene una capacidad para unas 60 personas y era casi como una lectura dramatizada». Allí estuvo entre el 22 de abril y el 5 de mayo, con 12 funciones.

La sorpresa llegó cuando Ernesto Caballero, director del CDN, volvió a llamarlos meses después «para tener una reunión cuyo motivo desconocíamos y en la que nos dijo que quería reestrenar la obra pero en la sala Valle Inclán, la más grande del teatro, de unas 500 personas y el mismo equipo. Pensábamos que podía ser la sala Francisco Nieva que es la intermedia, pero cuando nos dijo la sala principal tuvimos que pellizcarnos tres veces», cuenta todavía emocionado Lamata.

Y el resultado no ha podido ser más satisfactorio. La obra ha crecido en escenografía, posibilidades de evolución de los actores y desarrollo imaginativo por parte del director, que logra un movimiento de entradas y salidas en escena prácticamente coreográfico. Si a ello se le añade un texto profundo pero a la vez ameno e incluso divertido en momentos y unas interpretaciones de todos los actores magníficas se entiende el éxito que Firmado Lejárraga está teniendo en Madrid. «La verdad es que estamos muy contentos, el teatro está prácticamente lleno todos los días, está funcionando muy bien el boca a oreja, y las críticas están siendo muy buenas», comenta satisfecho Lamata, quien asegura que Firmado Lejárraga «es un regalo que me ha hecho la vida, un regalo maravilloso».

El realizador de películas como Isi & Disi, Nuestros amantes o Los futbolísimos recuerda que hace más de 20 años que no dirigía teatro, «y fue en Zaragoza a nivel universitario, por lo que puede decirse que este es mi debut como director teatral», dice, mientras se deshace en elogios para todo el equipo, desde la escenógrafa Isis de Coura y demás técnicos como a la parte más artística.

«El texto de Vanessa Monfort es impecable, es profundo y dice lo que tiene que decir pero tiene mucho humor, por un lado porque la propia María Lejárraga ya utilizaba el sentido del humor como una forma de defensa ante todas las adversidades que le tocó vivir, como muestra en su autobiografía Gregorio y yo, que ha sido la base de inspiración para Vanessa, sino también porque la cultura es muy divertida; quien dice que se aburre leyendo es porque no ha leído los libros adecuados en el momento oportuno, y lo mismo en el cine y otras artes; es también un canto a eso».

En cuanto a los actores, el hecho de contar con dos zaragozanos como él, Jorge y Gerald B.Fillmore, el director es contundente: «ambos ya participaron en mi última película Los futbolísimos y tenía muy claro que en mi debut teatral quería rodearme de grandes actores en los que confiar. Son además grandes personas e intérpretes que tiene una gran sensibilidad y un oficio inigualable, además de una ambición bien entendida en el sentido de trabajar sin descanso para pulir los personajes».

Y lo mismo dice del resto de los actores que protagonizan la obra, desde Alfredo Noval, que aporta su poso teatral bregado entre otras en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, a Miguel Ángel Muñoz, quizá la cara más conocida por la televisión «y que otorga otro registro a papel de Gregorio Martínez Sierra que en a anterior versión interpretó Eduardo Noriega» y la protagonista de la historia, una María Lejárraga a la que da vida Cristina Gallego «uno de los más brillantes secretos guardados del teatro español», dice el director sobre la actriz.

Al entusiasmo de Lamata se unen también estos actores. Jorge Usón no deja de sorprenderse gratamente por la reposición de Firmado Lejárraga, «pues que se reestrene una misma obra en el mismo año y con un rango superior en el Centro Dramático Nacional no lo había visto nunca, es una proeza», dice. Y achaca este éxito «a que se ha juntado un cóctel de profesionales muy bueno que ha permitido conseguir los ingredientes necesarios para una obra magnífica que, además, tienen un componente histórico importante de dar a conocer a una autora que estaba en la sombra y eso hace que sea emocionante gracias también a la dirección de Lamata, al texto de Vanessa y a cinco gladiadores que dispuestos a morir sobre escenario».

La obra y su repercusión, si duda ha calado entre todo el equipo. El también zaragozano Gerald B. Fillmore, a quien por estas tierras conocemos más en su faceta cómica con su grupo The Sinflow, y que borda su trabajo en esta obra interpretando un sinfín de papeles, entre ellos a Joaquín Turina o a García Lorca, lo tiene muy claro. «Llevo cinco años viviendo en Los Ángeles y trabajando bastante bien. Pero es que además he podido venir este mes de diciembre a hacer esta obra pues no me lo quería perder; es como algo propio», comenta.

Y la autora de texto, Vanessa Monfort concluye «entre las más de 15 obras teatrales que he escrito, siempre digo que hay tres o cuatro que son mis favoritas, ahora cada vez tengo más claro que esta la tengo que poner la primera».