El popular actor Gabino Diego vuelve a subirse a las tablas de un escenario zaragozano y lo hace con Los Mojigatos, la versión teatral de la obra de Anthony Neilson The prudes. Magüi Mira versiona y dirige esta comedia que se convierte en un juego escénico divertido, polémico y provocador para los espectadores. Se trata de un texto mordaz, lejos de convencionalismos e impregnado de humor, que narra la historia de un matrimonio que, tras nueve años de relación y 14 meses de sequía sexual, busca ayuda y la complicidad del público para volver a disfrutar de su relación en pareja.

«En el fondo lo que hacemos es utilizar al público como terapia», explica Gabino Diego, que protagoniza la función junto a Cecilia Solaguren. La obra, que estará en el Teatro de las Esquinas desde hoy y hasta el próximo 18 de octubre, se suma a una cartelera teatral que estos días llega cargada de propuestas a pesar de no celebrarse las Fiestas del Pilar.

Los Mojigatos se estrenó el pasado mes de julio en San Sebastián «con muy buena respuesta del público». «Es una obra muy divertida porque también hay momentos de baile y canciones, pero al final te hace pensar», explica el actor, que subraya que desde el primer momento le «encantó» la dramaturgia: «Me gustaba mucho la idea de una pareja que decide ir al teatro para contar sus problemas de pareja».

¿Dónde están las líneas rojas de la nueva seducción? ¿Cómo sustituir los viejos códigos caducos sin convertirse en unos mojigatos? ¿Cómo hacer el amor con plenitud en una relación equilibrada y libre? ¿Sabremos afrontar esa necesaria renegociación de género? Todas estas preguntas planean sobre una obra dirigida a «espectadores de cualquier sexo».

«La visión femenina está muy presente, por eso es muy importante que la dirija una mujer, y si es Magüi Mira pues mucho mejor, pero los hombres que vengan se lo van a pasar también muy bien», comenta. En este sentido, el empoderamiento de la mujer y el cambio de roles sobrevuela en cierta forma la obra. «En mi opinión, una función que no guste a las mujeres tiene todas las papeletas de ser un fracaso, sobre todo partiendo de la base de que el 60% o el 70% de las personas que van al teatro son mujeres», comenta.

El actor reconoce que la obra gira sobre todo «en torno al tema sexual, pero también se tratan otros». «El hombre se esfuerza por ser un hombre nuevo, pero a veces se siente perdido porque no sabe qué es lo que quiere su mujer»,

Los mojigatos, que se estrenó en el Royal Court de Londres en el 2018 con una gran acogida del público y la prensa británicos, también tiene mucho de provocación, ya que se rompe la cuarta pared y se interactúa de forma constante con el público. Y es que la obra busca sobre todo divertir y entretener a los espectadores, algo necesario también en los tiempos que corren. «Está siendo todo muy raro; las semanas de confinamiento fueron duras y yo creo que todos hemos tenido en cierta forma el síndrome de la cabaña, aunque se nota que la gente tiene ganas de volver a la normalidad», explica el actor, que recuerda que la cultura «es segura». «Mucho más que ir en avión o en tren», apunta.

La crisis sanitaria afectó también al desarrollo de la función, ya que los ensayos iban a comenzar justo antes del confinamiento. «Recuerdo que cada 15 días me llamaban para retrasar los ensayos; lo peor de todo esto es la inquietud que se genera», asegura. Lo que más lamenta es que hay «muchos compañeros» que lo están pasando mal debido al parón derivado de la pandemia, por lo que apuesta por poner de nuevo en marcha la maquinaria garantizando las medidas de seguridad.

Respecto al trato que ha recibido el sector tras la irrupción del virus, subraya que la cultura es una industria «que forma parte de la economía y que mueve mucho dinero». «Por lo tanto, si llegan ayudas, también debería recibir su parte», señala el intérprete, que se muestra optimista a medio plazo: «Yo confío que con la vacuna todo será más sencillo».

Amor por el teatro

Gabino Diego ha participado en más de 25 películas y su rostro es muy conocido por haber actuado en filmes como Amanece, que no es poco (1988), ¡Ay, Carmela! (1990) -con la que ganó el Goya a la mejor interpretación masculina de reparto-, Belle Époque (1992) o Torrente. Sin embargo, el actor madrileño subraya que, si por él fuera, «firmaría por pasar toda mi vida haciendo teatro». «Como decía Sazatornil, me gusta mucho el teatro porque tengo la mañana libre», bromea. Sin duda, su mayor éxito sobre las tablas ha sido Una noche con Gabino, con la que ha colgado el sold out en varias etapas. «Es una mezcla de ficción y realidad porque está basada en mis anécdotas; le tengo un especial cariño», subraya. De hecho, asegura que en un futuro abordará una nueva versión, «con nuevos textos».

A pesar de su pasión por el teatro, asegura que el cine le sigue interesando. «Al final, lo que queremos los actores es actuar», indica el intérprete, que recuerda que la última película en la que participó fue Tiempo después, la última película de José Luis Cuerda, fallecido en febrero de este año y con el que ya trabajó en Amanece, que no es poco y Así en el cielo como en la tierra. La televisión tampoco la deja de lado y, de hecho, indica que tiene «alguna propuesta». «Ya veremos si cuaja», concluye.