Francisco de Goya y José Gutiérrez Solana van a conversar durante las próximas semanas en Fuendetodos rodeados de la más absoluta oscuridad. La misma que desprenden sus grabados. Por primera vez, la obra gráfica de estos dos referentes de la pintura española se contrapone en una exposición que se podrá visitar hasta el 21 de marzo. 'Solana vs. Goya. Máscara y simulación', organizada por el Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos de la Diputación de Zaragoza, abre el programa de actividades con el que la DPZ y el Gobierno de Aragón van a conmemorar el 275 aniversario del nacimiento de Goya. La muestra incluye 3 matrices y 50 grabados -32 de Solana y 18 de los 'Caprichos', los 'Desastres de la guerra' y los 'Disparates'-.

La exposición se ha presentado este lunes en la Diputación de Zaragoza en un acto al que han asistido la diputada delegada de Cultura, Ros Cihuelo; el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Víctor Lucea; el alcalde de Fuendetodos, Enrique Salueña; y el gerente del Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos, Ricardo Centellas.

La muestra propone una nueva perspectiva de la obra gráfica del pintor y escritor madrileño nacido en 1886. Solana también llevó al extremo la crítica a la situación social de la España de su tiempo y tuvo una paleta más oscura y sórdida si cabe que la del gran genio aragonés. Fiel admirador de Goya, Solana se convirtió en un artista «fundamental de la vanguardia española», tal y como ha indicado Centellas, que ha destacado que es la primera vez que se contrapone la obra gráfica de ambos pintores.

«Goya le fascinó e incluso coleccionó algunas de sus estampas», ha recordado. De hecho, su obra influyó de forma notable en la de Solana. De hecho, no es casual que el Museo Reina Sofía inicie su recorrido con ambos artistas. Ahora, esta nueva exposición permitirá crear «un nuevo relato de la modernidad en España», ha señalado Centellas.

El cartel de la muestra deja bien claro el diálogo que quiere proponer. En él aparecen dos grabados: 'El sí pronuncian y la mano alargan al primero que llega', perteneciente a la serie los 'Caprichos' de Goya, y 'Las máscaras con escoba'», de Solana, unas obras en las que queda patente la influencia del genio de Fuendetodos. Algo que el propio Solana dejó claro desde el principio. No en vano, unas de sus primeras pinturas catalogadas son copias de los cartones para tapiz de Goya, mientras que en su cuadro más conocido ('La tertulia del café de Pombo') le hizo un guiño pintando sobre una caja de cerillas una de sus Pinturas negras.

La exposición, que ha sido posible gracias a la colaboración de la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se podrá visitar en la sala Ignacio Zuloaga de Fuendetodos hasta el próximo 21 de marzo. De martes a jueves, el horario será de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00, mientras que de viernes a domingo cerrará una hora antes para adaptarse a la normativa anticovid.

«Es una exposición en la que se mira desde una perspectiva diferente la obra de Gutiérrez Solana, en un diálogo e interpelación con la obra de Goya», ha destacado en la presentación Cihuelo, que ha insistido en la mirada social del pintor madrileño. Algo que, como ha recordado Lucea, le une con Goya, en cuya obra hay continuas «lecturas actualizantes». «En eso es una fuente inagotable», ha apuntado.

José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945) posee una personalidad y un arte incatalogables y únicos. Sus creaciones tanto pictóricas como literarias hunden sus raíces en un profundo conocimiento de España, de sus tipos y paisajes, de sus costumbres, sus luces y sus sombras. Los miembros de la Generación del 27 lo consideraron parte de su paisaje vital, pues fue uno de los pilares de la tertulia del madrileño Café de Pombo, que inmortalizó posteriormente en la citada obra.

Solana fue un artista solitario con una personalidad al margen de su tiempo que refleja en sus pintura oscuras atmósferas populares: tabernas, comedores de pobres, rastros, procesiones, arrabales, carnavales, gigantes y cabezudos, prostíbulos, ejecuciones... Su despiadada crítica a la realidad del país es, en el fondo, una metáfora de la imposible modernización de una España que recorrió incansablemente y que tan bien reflejó en sus libros. Pese a que no tuvo discípulos ni apenas imitadores, generó una enorme fascinación sobre artistas, coleccionistas y escritores.

Solana se introdujo tarde en el mundo del grabado, entre 1932 y 1935 aproximadamente. Tampoco son muchas sus estampas, no llegan a la treintena de aguafuertes y apenas media docena de litografías, en formatos medianos. Su gráfica es personal, de un rayado dibujado con limpieza, sin lugar para lo superfluo: fue una prolongación de su pintura.

El pintor y escritor madrileño conoció la gráfica de Goya como otros de sus coetáneos -por ejemplo, Zuloaga- y compartió con el genio aragonés gustos como la tauromaquia. Sus series de aguafuertes le influyeron notablemente y no precisamente por sus tópicos. El tema de la máscara fue un tema recurrente en una parte de los 'Caprichos' que reaparece en los 'Desastres de la guerra'. Esta fiesta subversiva es otro tópico del arte de Solana, quien nació un martes de carnaval. Los organizadores de la muestra apuntan por ejemplo a la influencia del ‘Entierro de la sardina’ de Goya en el ‘Máscaras en las afueras’ de Solana.

Por otra parte, la visión lóbrega, negativa, miserable, de los bajos fondos madrileños descrita en, por ejemplo, 'Casa de dormir' también enraíza en los 'Desastres' dedicados a la hambruna durante la guerra contra Napoleón.