Un nuevo tipo de cultura es posible en Zaragoza, y la Harinera es la prueba de ello. El recién reformado centro cultural presentó ayer su programa para el último cuatrimestre del año, que vendrá cargado de actividades familiares, artes plásticas, bricolaje, títeres, y conciertos; y que estará marcado por la apertura de dos nuevas plantas repletas de nuevos espacios culturales a mediados de noviembre.

El acto de presentación del nuevo programa estuvo presidido por el director general de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Saúl Esclarín; el técnico de Zaragoza Cultura, Diego Garulo; la integrante del colectivo Llámalo H, María del castillo; y la diseñadora del boletín del programa de este año, Rebeca Zarza.

«Se trata de un programa diverso, heterogéneo, y dirigido a todos los públicos» comento ayer Esclarín, que no dudo en calificar el modelo de gerencia del centro como «referente a nivel estatal». «La Harinera es la constatación de que existe otra manera de hacer cultura, se trata de un modelo de participación real de la gente en un espacio público» aseveró el director, que para apoyar sus argumentos comentó la presencia de el equipo coordinador del centro en III Encuentro de Cultura y Ciudadanía, que se celebrará en Madrid los próximos 28 y 29 de septiembre, y que cada año reúne a los referentes nacionales de iniciativas culturales innovadoras.

El proceso de reforma de la Harinera aún no ha concluido, y el centro se encuentra actualmente trabajando en la rehabilitación de las dos plantas superiores del edificio, que se espera, estén preparadas para albergar nuevas actividades culturales a finales del próximo octubre. Dentro de estos nuevos espacios, se habilitarán 11 habitaciones concebidas para residencias artísticas, que la asamblea coordinadora del centro decretó recientemente y que dará a conocer la semana próxima. Además de estas 11 residencias, el centro habilitará también una sala polivalente, dos salas comunes, y un espacio especial a dos alturas destinado a acoger actividades circenses. «Estos artistas centrarán su trabajo en la Harinera, el barrio de San José y en la ciudad de Zaragoza» indicó Esclarín, mientras que Garulo manifestó sentirse «impaciente» de conocer a su «nuevos vecinos».

Entre las novedades que presenta el programa de este año, podemos encontrar el giro que se le ha dado al proyecto Inesperadas que tradicionalmente utilizaba los baños del centro como espacio expositivo, y que este año queda rebautizado como Inesperadxs. Esta nueva iniciativa, que colaborará directamente con el centro Etopía y la Casa de la Mujer, aprovechará estos espacios para reflexionar sobre la exclusión, la normatividad, el género y los cuerpos a través de diversas intervenciones, charlas y propuestas escénicas.

Además, se llevará a cabo una nueva iniciativa que llevará el nombre de Travesías del Arte en Zaragoza, y que consistirá en una serie de recorridos culturales que girarán alrededor de cuatro trabajos de investigación que responderán a las siguientes temáticas Estudios, talleres y cafés de artista, Arte Público, Galerías, museos y otros contextos expositivos y Salas, salones y teatros.

Al margen de estas novedades, el centro seguirá ofreciendo las mismas actividades que ofreció durante los cuatrimestres pasados, que en esta ocasión se repartirán en cuatro bloques diferenciados, a saber Hacer, compuesto por talleres y actividades de carácter práctico; el bloque Conocer, que agrupará iniciativas de carácter divulgativo y cultural; el bloque Conversar, compuesto por charlas y coloquios; y un último bloque denominado Creando Comunidad, cuyas actividades buscarán la dinamización del entorno del barrio de San José mediante la conexión de vecinos, colectivos e iniciativas de barrio.

MODELO DE GESTIÓN// En su corta vida, el modelo de gestión comunitaria de la Harinera ZGZ ya se ha ganado las alabanzas de distintos foros en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Oviedo, Granada, Cádiz y Pamplona. Este hecho ha propiciado que otros centros culturales copien las directrices organizativas del centro maño con el fin de intentar reproducir el éxito cultural de la Harinera. Concretamente, un centro de Palma de Mallorca y otro de Getxo (País Vasco), se han mostrado interesados en orientar su gestión hacia el modelo de la Harinera, aunque como quiso declarar Garulo «los dos proyectos se encuentran en una fase muy inicial».