El tudelano Carlos Aurensanz, tras su incursión en el mundo andalusí con su trilogía Banu Qasy y Hasday, el médico del califa, ha situado El rey tahúr (Ediciones B) en su tierra natal, en un periodo lleno de caos y novedad que generaron el clima perfecto para poder inspirar una novela histórica. La historia, centrada en la de un joven cantero y su descubrimiento, recorre los secretos de una ciudad que por aquel entonces estaba en pleno proceso de reforma y a la que llegaron gentes de multitud de procedencias.

-¿Por qué en Tudela?

-Me apetecía tocar una época en la que Tudela, donde nací, estaba en plena eclosión. En aquella época, el reino de Navarra tuvo allí su sede y Sancho el Fuerte trasladó allí su curia regis. Fue entonces cuando se construyó la colegiata de Santa María, multitud de iglesias, el puente del Ebro, el castillo... Fue un momento muy especial para la ciudad.

-Un momento, por tanto, en el que estaba todo por hacer.

-Después de la conquista de la ciudad por parte de los cristianos, todo cambió. Las mezquitas se convirtieron en iglesias, se construyeron 20 templos cristianos en una ciudad que tenía mil y pico fuegos, lo que era algo descomunal. Había también encomiendas de las ordenes de caballería, se instalaron allí hospitalarios, templarios... Llegaron a la zona muchos pobladores nuevos procedentes también del otro lado del Pirineo. Fue una época efervescente.

-Detalla con mucho rigor muchos de los procesos históricos de la época. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

-Para mí, es una parte fundamental y una parte con la que disfruto muchísimo. Puede parecer muy árido estudiarse un fuero o un compendio de leyes pero muchas veces son muy entretenidos. De ahí he sacado muchos pasajes que en la novela luego resultan muy atractivos. Mi mujer un día entró a mi despacho y me encontró riéndome con lágrimas en los ojos leyendo cuál era el castigo cuando alguien robaba un gato.

-¿Y cuál era, si se puede saber?

-Pues desnudaban de cintura para arriba al ladrón y lo colocaban en una puerta de la ciudad. Le ataban el gato al cuello con una cuerda de cuero de cincuenta centímetros y le perseguían para que corriera y el gato clavara sus uñas en la espalada del reo. Así dicho no parece muy divertido, pero yo con la parte de documentación disfruto mucho.

-¿Qué me puede contar del pergamino que encuentra Nicolás, el joven cantero?

-El pergamino es el eje central de toda la trama, es lo que soporta el peso de la historia que se desarrolla a su alrededor. Nicolás es el hijo de un cantero de una familia que se asienta en Tudela y que proviene toda ella del norte de Europa. En el momento de derribo de la mezquita para construir sobre el solar la colegiata, este chico se topa por accidente con una vieja cripta en la que hay una arqueta que contiene el pergamino.

-Inquietante. Siga.

La curiosidad le lleva al chico a quedarse con el pergamino y como no lo entiende, porque está en árabe, se hace ayudar de un conocido suyo musulmán que le ayuda con la traducción y ahí comienza todo. El pergamino va cogiendo importancia y se va haciendo grande dentro de la trama y comienza a suscitar en muchos la ambición de poseerlo. Es un documento fundamental para la supervivencia del reino.

-Además de para cristianos y musulmanes, aquel fue un momento de la historia muy significativo para los propios judíos de Tudela.

-Sí, fue entonces cuando surgieron personajes como Benjamín de Tudela, el gran viajero que llegó hasta las indias orientales, Yehuda ha Leví, uno de los más grandes poetas ebraicos, Abraham ben Ezra… Son personajes de primera talla en el mundo judío que eran oriundos de Tudela.

-¿Es cierto el mito que existe de la convivencia entre las tres culturas?

-Las tres culturas convivían, a buenas o a malas. Los judíos eran muy odiados por el tipo de profesión que desarrollaban, ya que eran muchos prestamistas. La convivencia a veces era difícil aunque por interés sí que había relaciones entre ellos.

-¿Cree que actualmente se conoce suficiente sobre la Edad Media?

-Hay un desconocimiento absoluto. En la presentación del libro en Tudela se me ocurrió preguntar quién era Berenguela de Navarra y nadie la conocía. Esta mujer fue hermana de Sancho el Fuerte, nacida en Tudela, y se casó con Ricardo Corazón de León, por lo que fue Reina de Inglaterra. Es decir, una tudelana, reina de Inglaterra y no tiene ni una calle en su nombre.

-A pesar de lo cual este tipo de novelas sí que tienen muchos fieles.

-Precisamente porque descubres a los lectores lo que muchas veces desconocen, y eso atrae mucho.

-¿Cómo es el nacimiento de sus novelas?

-A veces vienen. Esta surgió de pura casualidad. Tengo un grupo de tres o cuatro amigos, un poco frikis, a los que nos encanta perdernos por la catedral e ir descubriendo cosas. Uno de ellos se fijó en una especie de ábaco que aparecía en la conocida como Puerta del infierno de la catedral de Tudela. Finalmente descubrimos que era un tablero de juego llamado tabla real y que representaba el vicio del juego. A partir de ahí surgió lo demás y me ha salido una novela de más de 800 páginas. Así por accidente.

-¿En qué periodo histórico le hubiera gustado vivir?

-En la época del califato de Al-Andalus. Fue una época apasionante de desarrollo y esplendor cultural, a pesar de todos los pesares, ya que por poco te crucificaban en la orilla del Guadalquivir.