Además de haber trabajado en multitud de medios de comunicación en nuestro país, Isabel San Sebastián es la autora de toda una serie de novelas muy centradas en la Historia. Ayer estuvo en Zaragoza, en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, para presentar su última creación, La peregrina.

-Presenta, de nuevo, una novela histórica. ¿Por qué recurre tanto a este género?

-Porque me gusta mucho, es lo que más disfruto leyendo y disfruto mucho escribiéndolo. Me gusta mucho la historia y me parece que la novela histórica es una simbiosis perfecta entre cultura y entretenimiento. Es una forma amena de contar la historia, y la historia necesita ser contada. Sobre todo ahora. En España necesitamos recuperar nuestra historia.

-En La peregrina recupera a uno de sus personajes predilectos, Alana de Coaña.

-Mi primera novela, La visigoda, fue protagonizada por Alana y yo jamás pensé que esa novela fuera a tener el éxito que tuvo. Alana es un personaje que se me parece mucho, una mujer intrépida del siglo noveno. Es muy curiosa y aventurera y cuando recuperé el tiempo de Alfonso II el Casto rey de Asturias, que es el tiempo en el que sitúo La visigoda, pensé que nadie mejor que Alana podría ser la cronista de esa primera peregrinación a por los restos del apóstol Santiago.

-Sus novelas suelen estar protagonizadas por mujeres, ¿por qué?

-Me es más fácil. También he escrito en primera persona en masculino pero creo que es más auténtico y más verdadero meterme en la piel de una mujer.

-¿Qué importancia tiene el rigor histórico en sus libros?

-Creo que para que una novela lleve el apellido de histórica tiene que ser muy rigurosa. Situar una acción en un tiempo pasado no significa escribir una novela histórica. Hay que relatar fielmente las condiciones del tiempo que novelas. Por ejemplo, yo me leí el fuero juzgo para conocer cuáles eran las penas por determinados delitos para incluirlas en la novela. No me las he inventado. Así todo.

-En este caso, sitúa su relato en el siglo noveno, una época que no conocemos mucho.

-Exacto. Es una época que prácticamente ha desaparecido de los manuales escolares y de la memoria colectiva. Eso parece que no es memoria histórica, parece que no interesa lo que pasó en el siglo nueve cuando, sin embargo, fue determinante para la historia de España.

-¿Por qué?

-Porque fue el inicio de la reconquista. Sin la resistencia del reino de Asturias, probablemente, la península hubiera sufrido el mismo destino que otros países islamizados en esa primera oleada. Eso hubiera cambiado nuestra suerte, sobre todo la de las mujeres.

-La peregrina narra el origen del actual Camino de Santiago. Usted hizo parte del camino para documentarse, ¿no es así?

-Sí. Quería darle autenticidad a la novela y describir los paisajes no solo visualmente sino que también describo a qué huelen, a qué saben, qué se siente en ellos… Todo eso si no lo has vivido es muy difícil que lo compartas.

-¿Sabemos lo suficiente sobre nuestra historia?

-No, para nada. Volvemos constantemente a la historia de hace 50 y 60 años y hemos olvidado todo el resto, y la historia es un continuo. Hay que recuperar urgentemente nuestra verdadera historia para evitar que nos la escamoteen.

-Además de los hechos históricos en sí, ¿qué puede contar sobre el relato de ficción que sucede en su novela?

-Esta es una novela de aventuras. La historia cuenta el recorrido de una comitiva real, la del rey Alfonso el Casto, desde su corte hasta un bosque perdido en el finis terrae donde les han dicho que han aparecido los restos del apóstol Santiago. El rey decide ponerse en camino y le acompañan clérigos, soldados y otros personajes, entre los que está Alana. Estos son los que protagonizan en el libro todo tipo de aventuras, intrigas, accidentes, amores y desamores. Una de las mayores incógnitas es si finalmente llegan ante la tumba del apóstol o no, porque no se sabe si es al apóstol a quién van a encontrar allí o si ellos se van a convencer de que en la tumba está Santiago o no.

-Cada una de sus novelas ha sido un éxito. ¿Le ha ayudado ser un rostro televisivo?

-En mi primer libro sí, sin duda ninguna. En el segundo, si el primero no ha gustado, ayuda menos. En el séptimo influye muy poquito. Si las anteriores han gustado la gente te vuelve a comprar y si no, no. En mi caso concreto, además, mis apariciones en la televisión son un obstáculo. Estoy segura de que hay gente que no se leería jamás una novela mía por razones ideológicas y sectarias. A mí esto me parece muy triste.

-¿Qué es lo que más le suelen comentar sus lectores en los encuentros que mantiene con ellos?

-Lo que más subrayan de mis novelas son dos cosas: una es que están muy bien documentadas, y otra es que enganchan mucho, que te atrapan.

-Alana hizo su primera aparición en La visigoda, después estuvo en Astur y ahora en La visigodaAsturLa peregrina

-Nunca se sabe, pero a lo mejor aparece ya en la tercera o cuarta edad (ríe), porque en este libro ya es una mujer madura. Cuando terminé Astur di por zanjada la época altomedieval asturiana en mi literatura, hasta que se me ocurrió esta nueva historia. Yo nunca planifico a largo plazo, y cuanto más años cumplo, menos planifico porque luego la vida se encarga de poner todos tus planes del revés.

-¿Hay alguna época en concreto de la que le gustaría escribir en estos momentos?

-Ahora mismo me gustaría escribir sobre la posguerra, más que nada porque le quiero dar un enfoque alternativo a lo que se escribe actualmente, ya que parece que los buenos eran buenísimos y los malos, malísimos y siempre los mismos.