La Pasión de Cristo cruza el Atlántico. La visión de Mel Gibson, tan criticada por su descarnado tratamiento como alabada por su calidad, aterriza el viernes próximo en España y otros países europeos tras convertirse en un fenómeno de taquilla en EEUU, donde ha alcanzado ya la estimable cifra de los 250 millones de euros. Su llegada empieza a abrir el debate. Las opiniones de personas ligadas al episcopado español coinciden en destacar el extremo realismo de algunas escenas, pero avisan que la producción, "más religiosa que histórica", no dejará indiferente a los espectadores.

Siguiendo una cuidada estrategia promocional, la película ha sido proyectada para miembros de la Conferencia Episcopal Española (CEE), entre ellos el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que han tenido ocasión de contemplarla en una sesión organizada por la Universidad Francisco de Vitoria, en el campus madrileño de Pozuelo de Alarcón. Pero no se pronunciaron al término de la proyección.

El Departamento de Cine de la Conferencia Episcopal Española (CEE) programó también días atrás un pase privado de la película, aunque en esta ocasión no acudió ningún obispo. Juan Orellana, director de este departamento, vaticina que el filme de Gibson "no dejará indiferente a nadie".

Advierte Orellana que no es una película para todos los públicos, contrariamente a lo que se ha decidido en Italia, --"si los niños la ven tendrán pesadillas y las personas muy mayores pueden incluso morir", señala apocalíptico-- porque tiene escenas violentas "pasadas de rosca". Lo de las personas que se pueden morir no es del todo gratuito. Dos ancianos han perecido de ataques al corazón mientras la veían, una en EEUU y otra en Brasil.

Orellana, que también ejerce como crítico y profesor de cine en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, pone como ejemplo de estos excesos el pasaje en el que "el cuervo le saca los ojos a los ladrones". El crítico añade que no ha visto "ningún rasgo de antisemitismo", como se había anunciado. Orellana concluye que "sin la figura de María, el filme sería insoportable".

La directora de la revista católica Vida nueva , Ninfa Watt, considera que es una película que técnicamente "está estupendamente realizada". En cuanto a su contenido, la describe como "tremendamente dura". Una opinión con más conocimiento de causa es la de Charles Roux, el sacerdote que ofició una misa diaria bajo un rito tradicional romano para el equipo de rodaje en los estudios Cinecitt de Roma, donde se filmó la película. Mel Gibson no se perdió ni una, y eso que era a las seis de la mañana. "La película nos recuerda la encarnación y el sufrimiento de Dios". Roux habló con frecuencia con Gibson y le amonestó por tanta violencia explícita.

El éxito de La Pasión de Cristo ha puesto a Hollywood en la tesitura de ahondar en las películas de temática religiosa. El grupo Monthy Python prepara el reestreno en abril de La vida de Brian , una versión humorística de la crucifixión que hace 25 años causó un gran revuelo en EEUU.