Media hora antes de que empezara la conferencia de prensa, la sala ya estaba abarrotada. Fuera, en la calle, se oían los gritos de la gente, amontonada, que quería ver a sus ídolos; eran dos actores veteranos, Jack Nicholson y Diane Keaton, protagonistas de la comedia romántica escrita y dirigida por Nancy Meyers Cuando menos te lo esperas (Something´s gotta give) , que se presentó ayer en la selección oficial de la Berlinale fuera de competición. La película se estrenará en España el próximo día 13 y está destinada a ser un gran éxito comercial. El arranque, incluso toda la primera parte del filme, entronca con la mejor tradición del género.

Nicholson y Keaton hacen una interpretación impecable, bordan sus respectivos personajes en esta comedia que presenta la relativa novedad de que los protagonistas de una historia de amor y pasión están en plena madurez. El, con 63 años y ella, con pocos menos. Para completar el reparto están Keanu Reeves, Amanda Peet y Frances McDormand, la presidenta del jurado de esta edición del festival. Por este motivo, la película no entra en concurso.

La media hora larga que duró ayer tarde el encuentro informativo dio poco jugo. A unas preguntas que llevaban la respuesta implícita los actores respondían con monosílabos y continuas bromas entre ellos.

AMOR Y SEXO

Tanto Keaton como Nicholson echaron balones fuera cuando les preguntaron si ser viejo es un problema para un actor. "Hacen falta en Hollywood guiones de estas características y de esta calidad", dijo Keaton en referencia a las pocas ocasiones en que los intérpretes de cierta edad tienen la posibilidad de protagonizar una película de amor y sexo.

Nicholson estuvo más revoltoso. Tras indicar que entendía la postura política del canciller Schroeder y del presidente Chirac, se dedicó a ensalzar su trasero, que se atreve a mostrar en una escena del filme: "Estoy muy orgulloso de mi culo y no he tenido ningún problema en enseñarlo. Es más --añadió--, propuse que esta imagen fuera el cartel promocional de la película".

Bromas aparte, el actor recordó con agrado su relación de amistad con el fallecido Stanley Kubrick. "Teníamos varios proyectos entre manos. En El resplandor discutimos bastante sobre el final de la historia, ya que él no tenía claro como acabarla".

También evocó la dorada época de los 70, cuando en Estados Unidos podían verse muchas producciones extranjeras. "En Los Angeles acostumbrábamos a ver películas de la nouvelle vague, de Polanski y de otros directores europeos. Ahora, lamentablemente, hace ya mucho tiempo que no se distribuyen".

Le preguntaron si había hecho sonrojar a Diane Keaton en las escenas de desnudo. "Nos lo pasamos muy bien durante el rodaje. Es muy fácil sacarle los colores a esta mujer", añadió con sorna. En cuanto a su modo de trabajar, Nicholson sintetizó: "Escojo lo que encuentro más creativo. Ese es mi criterio de selección".