DIRECTOR Luis Puenzo

INTERPRETES Aitana Sánchez-Gijón, Merc¨ Llorens

PAIS Argentina-España

CINES Buñuel, Renoir

Quizá no sea tan completa como La historia oficial , la película más conocida y prestigiosa del realizador argentino Luis Puenzo, pero La puta y la ballena , su regreso tras una década de silencio cinematográfico, es bastante superior a sus experimentos internacionales, Gringo viejo y La peste .

El filme busca con ahínco transmitir un cierto grado de poesía melancólica, de romanticismo de arrabal, y lo hace a partir de la transformación en uno de dos personajes de épocas muy distintas.

Lola (Merc¨ Llorens) es una prostituta catalana que, a mediados de los años 30, partió con su amante, el fotógrafo argentino que encarna Leonardo Sbaraglia, hacia un remoto pueblo costero de la Patagonia. Vera (Aitana Sánchez-Gijón) también es catalana, pero su oficio es el de escritora --aunque esté en crisis-- y su tiempo, el actual. Gracias a una serie de fortuitas circunstancias, Vera da con el rastro de Lola.

Y como si fueran dos caras de una misma moneda, los itinerarios de las dos mujeres se cruzan en el plano cinematográfico, Vera intentando devolverse a sí misma el placer de la escritura mientras un cáncer agrieta su tiempo, y Lola evocada por el recuerdo de quienes la conocieron y por la propia imaginación de Vera al reescribir su historia.

Algo descompensada, quizá con demasiadas cosas que contar, La puta y la ballena abunda en imágenes-símbolo, como la de Lola apoyándose en la ballena que ha quedado varada en una playa de la Patagonia, y la recreación muy física de un mundo como anclado en el tiempo, allí donde acontece lo mejor del relato. Es el bar-prostíbulo regentado por el bandoneista ciego (Miguel Angel Solá), hecho de luces ocres, tangos soñados, el olor del alcohol y de las camas calientes, el lugar donde Lola quedará tan varada como la ballena que la acompaña en el título del filme.