POP Hay que escuchar con detenimiento el nuevo disco de Leonard Cohen sin dejarse influir ni por su dilatada y excelente trayectoria ni por el detalle de que es un artista octogenario. Solo con esa apertura de espíritu se entenderá una apuesta textualmente revulsiva, musicalmente exquisita y vocalmente embriagadora. Patrick Leonard produce y firma al alimón las canciones con Cohen. Piezas que son toda una metáfora sobre las relaciones humanas desde los grandes actos a los pequeños conflictos. Es estimulante escuchar piezas como Nevermind, con una línea de ritmo y una atmósfera que parecen sacados de Papa Was A Rolling Stone, en la que se introducen arabescos con la voz de Donna Delory. Espléndido.