"Hay tres maneras de hacer las cosas: la correcta, la incorrecta y la mía". Dicha afirmación, pronunciada por Robert de Niro en la película Casino, viene como anillo al dedo al proceder demostrado por la empresa Serolo. Han sido desahuciados sí, pero es que el contrato ha sido papel mojado desde el momento de su firma. ¿Eso es gratis? Lo han incumplido a su antojo y en su arrastre hacia el abismo al que han abocado a La Misericordia han acarreado a los abonados, a la plantilla, a empresas proveedoras (con los toreros y ganaderos ellos sabrán, que ahí la ormertá va de la mano del parné y no hay nada más miedoso que un pagaré), le han dado una voltereta a los festejos populares, vulgarizándolos. El Portillo es ahora un páramo céfiro y silente mientras que en la plaza de España hay un incendio --otro más-- como testigo de la oprobiosa herencia que a los señores Rodríguez (padre e hijo) les perseguirá profesionalmente y a nosotros nos toca olvidar. Si podemos.