La restauración pictórica de la cúpula de la ermita de Santa Lucía, en Molinos, han finalizado después de dos meses de trabajo. Una obra que ha sido promovida por la cofradía de la ermita y realizada por el Centro de Restauración de la Fundación de Albarracín.

Durante dos meses, dos técnicas en restauración del Centro de Albarracín han estado trabajando en estas deterioradas pinturas murales del interior de la ermita, concretamente en la cúpula central y sus pechinas sustentantes, así como uno de los arcos fajones que la delimitan de los espacios colindantes. Quedaría para una segunda intervención las capillas laterales y el presbiterio de la ermita, así como las decoraciones de las pilastras que sustentan la cúpula. Este monumento se sitúa a cuatro kilómetros de la localidad.

Sin embargo, el problema más importante al que se han enfrentado ha sido el alto grado de deterioro en el que se encontraban estas decoraciones, tanto por las humedades, con cristalizaciones de sales y desprendimientos pictóricos, como por los repintes de esmalte sintético a los que fueron sometidas en determinado momento.

Ahora, el cuerpo central vuelve a lucir como debió configurarse en el siglo XVIII, presentando una abigarrada decoración vegetal, con policromías exageradamente coloristas, y de trazos bastante toscos, de matiz popular. En las pechinas aparecen las únicas figuras humanas, correspondientes a los evangelistas, con lagunas irrecuperables, quizás producidas por la humedad.