El fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, uno de los padres del fotoperiodismo, fundador junto con Robert Capa de la agencia Magnum, murió el pasado lunes en su casa de l´Isle-sur-la-Sorgue (sureste de Francia), según anunciaron ayer sus familiares.

Conocido como el ojo del siglo , Cartier-Bresson falleció a los 95 años y fue enterrado ayer en la más estricta intimidad en Montjustin (Alpes-de-Haute-Provence), donde se encontraba su casa provenzal. La familia no precisó las causas de la muerte pero fuentes de su entorno señalaron que en los últimos tiempos se había debilitado de forma significativa y en los últimos días había dejado de alimentarse.

El presidente francés Jacques Chirac rindió homenaje al "fotógrafo genial, un verdadero maestro --agregó--, uno de los artistas más dotados de su generación y de los más respetados en todo el mundo". En un comunicado, Chirac dijo haber conocido "bien" a Cartier-Bresson, por el que sentía "gran admiración, amistad y respeto", y lamentó la gran pérdida que su desaparición representa para Francia.

HOMBRE COMPROMETIDO

El director de la agencia VU, Christian Caujolle, que trabajó con él y lo conoció profundamente, comentó tras conocer la noticia: "Yo pienso ante todo en la desaparición del militante por los derechos humanos que me llamaba en cuanto tenía una información sobre el Tíbet u otros lugares y que nunca renegó de su compromiso de juventud. Fue, sin duda, el más aristócrata de los anarquistas".

Nacido en la localidad de Chanteloupe, en las afueras de París, el 22 de agosto de 1908 en una familia de industriales, Cartier-Bresson estaba considerado como uno de los grandes maestros de la fotografía del siglo XX y antes de morir creó con el apoyo de su mujer, la también fotógrafa Martine Franck, y su hija Melanie la fundación que lleva su nombre para preservar su obra y crear un espacio de exposición abierto a otros artistas.

La biografía de este fotógrafo de leyenda es inmensa. Al artista, "cazador de imagen infatigable", le horrorizaba dejarse fotografiar o filmar, como si tuviera miedo de que otros captaran en él ese famoso momento decisivo de sus instantáneas. Captó una imagen inolvidable de los esposos Curie. Durante una carrera en la que viajó a 23 países, Cartier-Bresson documentó la guerra civil española, la liberación de París en la segunda guerra mundial, la muerte de Ghandi y la caída de Pekín en manos de Mao Zedong en 1949.

En 1954, fue el primer fotógrafo occidental que entró en la Unión Soviética tras la muerte del dictador Josef Stalin el año anterior. Tres décadas después, Cartier-Bresson guardó su cámara Leica y se decidió a la otra pasión de su vida: el dibujo.

Cartier Bresson estuvo en Zaragoza en enero de 1993 para inaugurar una amplia exposición sobre su obra. Las salas del Centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja acogía 111 dibujos y pinturas suyas a la vez que el Museo Camón Aznar mostraba 39 fotografías realizadas entre 1931 y 1988 muchas de ellas con imágenes de la vida española.

El año pasado, la Biblioteca Nacional francesa presentó una exposición retrospectiva de su obra que agrupaba 350 imágenes clásicas.