El historiador y arquitecto Fernando Chueca Goitia, que dedicó cincuenta años de su vida a la terminación de la catedral de La Almudena de Madrid, un proyecto que sólo ocho años después de licenciarse le valió el Premio Nacional de Arquitectura (1944), falleció ayer en la clínica Ruber madrileña, a los 93 años.

Nacido en Madrid el 29 de mayo de 1911, este hijo de aragonés y guipuzcoana fue autor del Museo Lázaro Galdiano, en Madrid; la ampliación del Museo del Prado (fachada de la calle Ruiz de Alarcón); la sede del Banco Santander en Vitoria y la Biblioteca de la Facultad de Filosofía de Salamanca, entre otros.

A su faceta docente, de historiador y de arquitecto, unió la de restaurador. Rehabilitó el Palacio de Galiana, en Toledo; el Monasterio de San Millán de la Cogolla, en Logroño, el Panteón de Goya, en Madrid, o el Palacio de Carlos V, en Granada.

En el terreno académico fue director del Museo Nacional de Arte Contemporáneo (1958) y miembro numerario de las Reales Academias de la Historia (1966) y Bellas Artes (1973) y, entre 1978 y 1986, fue presidente del Instituto de España. Además, fue miembro fundador de la Fundación Cultural Colegio Libre de Eméritos. Entre 1999 y 2002, Chueca Goitia fue decano del Colegio de Arquitectos de Madrid.

El catedrático de Historia de la Arquitectura y Urbanismo fue también un insigne historiador y escritor. Sus libros, artículos y estudios sobrepasan la cifra de 300 y sus materias versan sobre historia de la arquitectura, el arte, el urbanismo, viajes y ensayos.

Entre todas sus obras, destaca sus Invariantes castizos de la arquitectura española (1947), la Breve historia del urbanismo (1970) y su Historia de la arquitectura española (2001). Por su labor historiográfica, recibió en 2002 el Premio Nacional de Historia.