INTERPRETES: Virtuosi di Praga, Coro de Cámara de Praga, Martin Turnovsky

LUGAR: Sala Mozart del Auditorio

FECHA: Miércoles, 22 de diciembre

ASISTENCIA: Lleno

Aprovechando la inminencia de las fiestas, la Temporada de Otoño del Auditorio tomó ayer hábitos navideños en un precioso concierto de música religiosa del Clasicismo a cargo de los Virtuosos y el Coro de Cámara de Praga, bajo la dirección de Martin Turnovsky.

La primera parte de la velada se dedicaba a Mozart, arrancando con una cuidada pero blanda lectura del Adagio y fuga como preludio a las magníficas Vísperas solemnes de confesor . El texto del oficio de vísperas es largo y al arzobispo Colloredo, destinatario de la obra, no le gustaba mucho la música, así que Mozart se las ingenió para encajarlo todo en media hora de impresionantes vitalidad y luminosidad. El pequeño formato de coro y grupo instrumental ayudó a que las líneas estuvieran bien delimitadas. La profesionalidad de todos ellos, así como la competencia del cuarteto solista, fueron herramientas más que válidas para extraer una lectura limpia y equilibrada de la obra, aunque un poco más de imaginación hubiera sacado a la interpretación de su frialdad general.

Una recogida Salve de Haydn sirvió de pórtico a la página que ocupaba la mayoría de la segunda parte: la Misa checa de Navidad del desconocido Jan Ryba (me costó unas horas de Internet agenciarme una grabación de la misma y tuvo que ser en Alemania, así que háganse una idea). La obra no es una misa propiamente dicha sino una función navideña llena de encanto y con fuerte sabor popular. Esta música trae a la mente la iconografía centroeuropea de las fechas: abetos nevados, villancicos cantados junto al hogar, un pietismo casi infantil que busca con todo propósito recuperar la ingenuidad del momento más mágico de nuestro calendario anual.

Los praguenses se entregaron con sorprendente intensidad (en comparación con la contención emocional de lo anterior) a las melodías limpias y armonías elementales de la obra de Ryba. La versión estuvo llena de detalles y su sonriente entusiasmo acabó convenciendo al público que aplaudió con pasión el optimismo navideño que destiló esa media hora de sabor navideño del de toda la vida. Y con mensaje: ¡culturetas abstenerse!