Nadie la esperaba después de meses de confinamiento y una pandemia que ha dejado tambaleando al sector pero, sorprendentemente, hace dos semanas, se anunció que este año también habría Noche en blanco en Zaragoza (será mañana por la noche) en lo que será su décima edición.

Una celebración que quedará muy lejos de la de otros años pero que las instituciones han avalado como la vuelta de la actividad cultural no sin algunos recelos entre el sector que ven con «perplejlidad» una celebración de este tipo con la situación tan dura que están atravesando sus trabajadores.

Lo cierto es que esta Noche en blanco se celebrará principalmente en los museos ya que los que hasta ahora ya han abierto amplían sus horarios e incluso algunos hacen, no todos, jornadas de puertas abiertas. Es quizá el IAACC Pablo Serrano el que presenta una actividad algo diferente y variada aunque se haya caído a última hora la actuación programada de Miguel Ángel Berna y Carlos Martín por el ingreso hospitalario del primero. Aun así, el Pablo Serrano acogerá, por ejemplo, a las 22.00 horas, el concierto de Facundo en su terraza (la idea del Gobierno de Aragón es que vuelva a celebrarse este verano el ciclo de conciertos en ese lugar y en el patio del Museo de Zaragoza) y más actuaciones a lo largo de la tarde. Algo que también hará el Pignatelli con un espectáculo de circo, disciplina por la que también ha apostado el Museo del Fuego, uno de los emplazamientos que siempre está más activo.

En cuanto a los espacios municipales, su propuesta pasa por alguna actividad aislada como la que se vivirá en el Museo Pablo Gargallo y por la apertura de sus salas y espacios con un horario ampliado hasta la medianoche.

Con respecto a visitas especiales, este año, dadas las limitaciones existentes, los zaragozanos tendrán únicamente las opciones de recorrer el Teatro Principal con unas visitas especiales así como el Palacio de Sástago, espacio de la Diputación Provincial de Zaragoza. También el Paraninfo permitirá que se pueda recorrer el edificio en horario nocturno y se proyectarán videominutos.

En definitiva, Zaragoza afronta su Noche en blanco más austera y, sobre todo, marcada por el coronavirus ya que todas las actividades requerirán, como no puede ser de otra manera, el control del aforo y el uso tanto de mascarillas como de gel hidroalcohólico. Queda mucho camino por recorrer para la ansiada normalidad pero tanto las instituciones como los diferentes espacios creen que es necesario impulsar la cultura y cancelar este evento hubiera sido peor. En el otro lado, parte del sector cultural que ha lanzado incluso la campaña #100Nochesenblanco denunciando la situación del sector que espera más ayudas de las instituciones.

Está por ver también si el público ha perdido definitivamente el miedo y se lanza a disfrutar de esta Noche en blanco o si esta va a venir también marcada porque mucha gente decida eludir su participación.