La realizadora argentina Peri Azar ha plasmado en su documental Gran Orquesta un viaje sentimental a través de la historia de su país durante los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado que se sirve de la música de una popular orquesta de jazz de la época sumida hasta ahora en el olvido. Se da la circunstancia que Azar vivió durante años en Huesca y que este documental fue la causa de su marcha de Aragón y ahora el motivo de su regreso, ya que ayer lo presentó en el marco del Festival Internacional de Cine de Huesca y asistió a la proyección junto a dos de sus protagonistas, los cantantes Sergio Pangaro y Cocó Muro.

El azar, el destino o quizá ambos hicieron que hace casi veinte años encontrara en un contenedor de Buenos Aires un baúl que guardaba en su interior decenas de partituras manuscritas que en un principio le parecieron jeroglíficos al carecer de estudios de música. Su primer acercamiento al archivo como investigadora le permitió descubrir que los arreglos correspondían a una gran orquesta de jazz, la del músico Héctor Lomuto, popular en cafés y locales de baile porteños, en un momento en que la influencia de Hollywood era patente y en el que el Peronismo comenzaba a nacer como ideología nacional.

UN GRAN ÉXITO / La gran orquesta de Lomuto, que duplicaba el número de instrumentistas de una Big Band de la época, saltó a la fama, según explicó Azar, cuando el tango se asomaba desde el arrabal y el jazz de los palacios en los que era escuchado de forma minoritaria.

Jazz de artistas norteamericanos blancos y swing, pero también boleros, mambos, pasodobles y rumbas formaban parte del repertorio de una orquesta que se turnaba con naturalidad en los escenarios con La típica, como así eran conocidos los grupos de tango y milongueros.

Héctor Lomuto falleció en 1968 y su viuda en 1998, tras lo que sus herederos procedieron a vender dos años después el departamento en el que vivían, sin apercibirse del tesoro para el patrimonio musical argentino que contenía el arcón. Peri Azar fue quien descubrió el arcón, en el que se fijó primeramente por su aspecto, y sus partituras manuscritas, salpicadas de dibujos, comentarios, chistes y todo tipo de anotaciones de los músicos.

AMOR POR EL PATRIMONIO / La directora no solo consiguió con el tiempo hallar en las viejas disquerías de Buenos Aires algunos viejos discos en 78 r.p.m. sino que dedicó ocho meses a digitalizar todo el archivo para asegurar su conservación.

Azar, que mantiene una buena relación con los herederos de Lomuto, reconoció que el documental carece de intención biográfica y no trata de hacer una historia del jazz argentino, sino que busca «transmitir una sensación entre la desolación y el amor por el descubrimiento de un archivo perdido».

El declive y olvido de esta orquesta lo explica Peri Azar en el golpe al Peronismo a mediados de los cincuenta dejó de favorecer a este tipo de formaciones, la aparición de los discos de larga duración y su proliferación en los salones de baile y, sobre todo, la irrupción del rock.

La realizadora, satisfecha de la respuesta obtenida en su país tras la exhibición de su documental en el Bacifi, aseguró que la población argentina ha sido «poco orgullosa» respecto a su patrimonio cultural.