TRES NAVIDADES

AUTOR: Quim Monzó

EDITORIAL: Acantilado

PAGINAS: 58

PRECIO: 9 euros

Durante muchos años, los lectores tuvieron que soportar los cuentos y artículos de tema navideño que aparecían a finales de año en las páginas de diarios y revistas ilustradas. Actualmente, nos hallamos en un momento de síntesis: los papeles de tema navideño rebuscan entre los matices del gris, que es el color de la literatura.

Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) ha rescatado 25 textos de la época gloriosa del género: todos los autores nacieron en el siglo XIX. Encontramos la geometría narrativa de O. Henry junto a los fantasmas de Charles Dickens, el costumbrismo bondadoso de Alphonse Daudet a pocas páginas de las ruindades que bien sabía retratar Fiodor Dostoievski. Sólo un cuento rompe el esquematismo dominante: Nochebuena, de Guy de Maupassant, que se adentra positivamente en los dominios de lo grotesco y lo bizarro.

A la compiladora no le habría costado mucho localizar algún texto navideño de Josep Carner o Josep Maria de Sagarra, que han resistido mucho mejor el paso del tiempo que los de Colette --que rezuman un sentimentalismo desenfrenado-- o el cuento alimentario de Francis Scott Fitzgerald que sí está incluido. Cuando se trata de escoger autores para una antología, la literatura catalana tiene menos consideración que la provenzal, que sí dispone de representante en Cuentos de Navidad.

Los lectores pueden compensarlo con la lectura de tres cuentos navideños de Quim Monzó, recuperados ahora en un solo libro, Tres Navidades. Monzó pertenece a otra época: la que recrea desde la distancia los tópicos más reverenciados. Las narraciones de Tres Navidades ponen en evidencia la fatiga de la repetición, la vacuidad de los rituales y la difícil convivencia entre las tradiciones y la modernización, entre la religión y lo políticamente correcto. Son cuentos más fríos que frescos, que tratan el género navideño con un escepticismo desprovisto de sentimentalidad. Entre tesis y antítesis, me inclino por los de Truman Capote.