Cualquiera, imagino, estaría encantado de tener a Goya de vecino. En esta casa, lleva en el patio desde 1960 a la intemperie y ahora está a punto de lucir totalmente renovado. La restauradora Covadonga Menéndez ha trabajado los últimos días con el busto de Goya que se aloja en el Museo de Zaragoza para limpiarlo y conservarlo en el mejor estado posible. La intervención ha consistido en inhibir la corrosión y proteger la obra de futuras agresiones externas y medioambientales, según informa el Museo de Zaragoza. El punto de partida ha sido importante. El estado de conservación de la obra era bueno. No obstante, la restauradora ha podido ver que el busto tenía alguna intervención anterior, como reintegraciones en frente y nariz, así como algún patinado.

En la intervención actual se han eliminado escorrentías y salpicaduras que se forman con el paso del tiempo y que vienen causadas por las circunstancias que rodean a la obra en su día a día. Se ha conservado la pátina porque es bastante antigua y se ha hecho un tratamiento para eliminar los productos de corrosión que perjudican a la obra. Por último, se le ha aplicado un tratamiento de protección porque los metales al aire libre sufren alteraciones.

Se trata de una escultura que, pese a estar protegida dentro del museo, está expuesta en el patio, por lo que se encuentra en un contexto exterior urbano donde le afectan las condiciones medioambientales, un cierto nivel de contaminación…etc. si bien está exenta de los típicos riesgos de la calle, el vandalismo por ejemplo que sí sufre la escultura pública que vemos en la ciudad. Todo ello condiciona en gran medida su estado de conservación.

En lo que respecta al pedestal, donde está colocado el busto de Goya, Covadonga Menéndez ha limpiado y tratado tanto las letras como la piedra. También ha sellado los bordes y las dos zonas de unión (busto-pedestal, pedestal-basamento) por donde ha ido entrando el agua de lluvia poco a poco. Con esta intervención, el busto de Goya ha quedado listo para ofrecer su mejor aspecto en el renovado patio del museo.

Este busto se trata de una obra en bronce realizada por el zaragozano Félix Burriel en 1927 y que se encuentra en el patio desde 1960. La historia del busto comienza con un modelo definitivo realizado en yeso, durante la estancia del escultor en París, que sería entregado a la Diputación Provincial de Zaragoza. De este modelo en yeso saldrían dos ejemplares en bronce, uno destinado al Rincón de Goya, en el parque José Antonio Labordeta, y otro, el que descansa en el museo, que permanecería en dependencias de la Diputación hasta ser entregado al Museo de Zaragoza.

Esta escultura forma parte de la imagen del patio del museo que todos tenemos en mente. Durante estos años, ha cambiado el color de la pared, las obras que allí se exponen y, ahora, el pavimento. Sin embargo, el busto de Goya permanece dando la bienvenida a todos los visitantes, con gesto serio y solemne, pero familiar para muchos de los zaragozanos que visitan el museo.

Las obras en el Museo de Zaragoza, por el que se encuentra todavía cerrado, comenzaron en octubre del año pasado. El objetivo de los trabajos, sufragados por el Ministerio de Cultura, era el acondicionamiento del patio y vallado perimetral del centro.