La escritora Sarah Lark recibe hoy en el Ayuntamiento de la capital del Ebro el Premio de Honor de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, en un acto que ha despertado una gran expectación, y en el que la autora alemana, con un muy digno castellano, pronunciará un discurso en torno a su obra y concepto de la novela histórica.

Múltiples medios de comunicación de diferentes países se harán eco de lo que vaya a decir Sarah Lark en el salón de plenos de la plaza del Pilar, como también tendrán una enorme difusión las palabras del escritor cubano Leonardo Padura, cuya novela Herejes (editorial Tusquets) se ha alzado con el reconocimiento a la mejor novela histórica del año.

Dos pesos pesados, por tanto, para celebrar por todo lo alto un galardón considerado el más prestigioso de su género en España, y el más relevante e internacional de cuantos premios literarios se conceden en Aragón. Las intervenciones de Ernest Folch, editor de Lark, y de Beatriz de Moura, de Padura, realzarán el sentido del acto y de los premios.

El gran mérito de Sarah Lark, hoy por hoy la autora de novela histórica más leída del mundo, reside en la facilidad con la que pone en pie grandes aventuras cuyos protagonistas atraviesan por una variada serie de emociones y peripecias. Historias de mujeres vendidas a maridos a quienes ni siquiera han visto, y que residen en remotas colonias. Jóvenes deportados por delitos que no han cometido. Ricos colonos que explotan a los africanos en Jamaica o a los maoríes en Nueva Zelanda. Amor, intriga, aventura... Los ingredientes clásicos, pero actualizados con un lenguaje fácil, fluido, y con plasticidad diálogos, descripciones y escenas.

Sara Lark se encontrará con el público el próximo viernes por la tarde, en la Feria del Libro de Zaragoza, donde firmará ejemplares de su nueva novela Hacia los mares de la libertad (Ediciones B).

Por su parte, Leonardo Padura seguramente nos desvelará alguno de los secretos de su paleta literaria. Como la de Rembrandt, personaje de Herejes, el mago cubano es capaz de jugar con los géneros literarios, de entrar en una novela histórica por la puerta de una novela policíaca, como ha hecho en este último trabajo, o de reencarnar maravillosamente personajes como Trotsky en otra de sus novelas con fuerte contenido histórico, El hombre que amaba a los perros.

Una gran fiesta literaria.