Al escritor extremeño Jesús Sánchez Adalid (Don Benito, Badajoz, 1962) le gusta escribir, como bien demuestra su último libro, El cautivo que ha publicado Edicciones B. En casi medio millar de páginas, el prolífico autor de El mozárabe destila la apasionante vida de Luis María de Monroy Villalobos, un joven extremeño que crece animado por las fantasías que en él despiertan los relatos de caballerías y la experiencia militar de su padre, veterano de Flandes, y su abuelo. Un cúmulo de casualidades y desgracias llevan al joven Monroy a participar en la primera gran campaña militar de Felipe II, en la isla de Gelves, hoy tunecina (Djerba), que acabará siendo un sonoro fracaso para los tercios españoles.

Los peculiares marines españoles del siglo XVI perdieron entonces miles de hombres, entre muertos y apresados, entre ellos el ficticio Luis María Monroy y el muy real Miguel de Cervantes. Ficción y realidad se dan, pues, la mano en la obra del sacerdote Jesús Sánchez Adalid.

No hace mucho tiempo, con motivo de la publicación de La Tierra sin mal, una crítica alababa la pluma magistral y serena de Sánchez Adalid a la hora de ilustrar determinados episodios de la historia de España, ya fuera la conquista de América (en aquella obra) o la convivencia de las tres religiones en los albores del primer milenio (en El mozárabe ) y la maestría exhibida por este autor para crear atmósferas literarias del pasado.

El cautivo reincide en esas virtudes y suma alguna más a su segura cartera de méritos literarios. Que los tiene, y muchos. La ambientación, por ejemplo, no es en esta novela un mero recurso literario, sino el protagonista principal de una obra que, más que explicar una historia lineal, se empeña en reconstruir minuciosamente una determinada y desgraciada época de la historia de España dejando en un segundo plano aparente las peripecias del joven Monroy. Una ambientación que se pretende fidedigna. No en vano la novela está basada en unos documentos encontrados en los archivos del extremeño monasterio de Guadalupe, el mismo al que se retiró el rey Carlos V.