Con gran profesionalidad y una calculada timidez, Alejandro Sanz presentó ayer la que, según prometió, será la "mejor" gira de su carrera. En ella defiende las canciones de su último disco, No es lo mismo . Tras recorrer Latinoamérica y Estados Unidos, los escenarios españoles revalidarán en verano el éxito de un CD del que ya se han vendido dos millones de ejemplares. También anunció que prepara un nuevo disco de canciones en inglés.

La gira, que según dio a conocer ayer no pasará por Aragón, por lo menos hasta octubre cuando están las fechas confirmadas, consta de 22 conciertos con todo controlado porque la experiencia americana ha demostrado que el proyecto funciona solo. El cantante madrileño con acento gaditano mostró ante más de 20 cámaras de televisión, prensa escrita y público variado y entregado la modestia del buen conocedor de las reglas del mundo espectáculo, al que llegó en 1991, y el trecho que aún le falta por recorrer. "Hasta que no aprenda a cantar como Camarón, a tocar como Paco de Lucía y a bailar como Farruquito..."

UN "TERRICOLA"

Fusión, mezcla, diversidad... Nada de ello es ajeno a Alejandro Sanz, tanto en sus canciones y melodías como en su forma de ser. "Antes de ser español o europeo, soy terrícola", bromeó. A la hora de elegir las piezas para cada trabajo no olvida sus preferencias --"los que venimos del flamenco...", dice-- y se aferra especialmente a esos "cantes de ida y vuelta" que los andaluces llevaron al Caribe hace siglos y que volvieron de regreso convertidos en nuevas coplas. "Tenemos en común las ganas por el ritmo".

Pero el negocio es el negocio y el mercado marca sus reglas. El artista está componiendo directamente en inglés y, "probablemente pronto", confiesa como si le hubieran pillado en falta, sacará un disco exclusivamente en este idioma. Lo prefiere así --"debe ser algo natural, no márketing"-- porque no se imagina interpretando algunas de sus canciones traducidas. Sólo habrá voz y piano y "la melodía, la letra, la armonía serán muy sencillas".

GANAS E INOCENCIA

Sanz ha quedado muy contento de su experiencia en EEUU, "un país complicado" dice, donde la comunidad latina ha tenido que "hacer un esfuerzo" para romper con la "nostalgia" que invadía a los programadores de música en las radios. "Cuesta mucho entrar en medio de Dyango y Julio Iglesias, pero eso está cambiando", explicó.

Alejandro Sanz, que dijo tener "las mismas ganas y en algunas cosas la misma inocencia" que cuando empezó allá por el año 1991, afirmó que "el mundo cambia a diario, aunque hay cosas que no cambian". ¿Por ejemplo? "Que las cosas no han dejado de cambiar". Bonito galimatías.

Sin pronunciar la palabra piratería, el artista aseguró que "no hay que dar la espalda" a esa "gran revolución" que es internet. "La industria --añadió-- se ha dado cuenta de que el enfrentamiento con el público no es el camino y que hay que unirse a las nuevas tecnologías". El lo explica en una de las piezas del disco, Try to save your song (Intenta salvar tu canción ), mensaje que le salió en el ordenador cuando usaba el programa con el que compone. "Fue como una premonición. ´Estamos fatal´, me dije", explicó bromista.

El pasado lunes, Alejandro Sanz formó parte del grupo de artistas que se reunió en el palacio de la Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "Es sensible a nuestros problemas --dijo el cantante madrileño--, y espero que no se quede ahí, porque la gente de izquierdas siempre ha estado más relacionada con el mundo del arte".

El 11-M le pilló en México. Dudó si suspender su actuación que tenía prevista pero vio a los madrileños en televisión diciendo que la vida no debía pararse, y le dieron "argumentos para seguir". Aunque espera "con cierta ansiedad" el día en que la gira le lleve a Madrid, aseguró que llevar el drama a una canción "es muy delicado" y Sanz no quiere resultar o parecer "exagerado, oportunista o demagógico". Más que una canción prefiere tener "una actitud".