"Como grupo ya no tenemos nada más que decir". Con esta radical frase los componentes de Elefantes ponían fin a más de una década de andadura. Era 2006. La banda barcelonesa se separaba y cada uno de sus miembros iniciaba su propia andadura. Sin embargo, ocho años después, y tras una comida veraniega de reencuentro, Jordi Ramiro, Julio Cascán, Hugo Toscano y Shuarma, decidieron volver a los escenarios con un nuevo trabajo: El Rinoceronte. Este diario aprovechó la presencia del grupo en Zaragoza, donde recogieron un galardón especial de los Premios de la Música Aragonesa, para charlar con el cantante.

--¿Cómo se fraguó el regreso de Elefantes?

--De la misma forma que nos separamos (ríe). Cuando decidimos separarnos el grupo estaba pasando por un buen momento: vendíamos muchos discos, teníamos éxito, el público estaba con nosotros, etc. pero sentíamos que entre nosotros cuatro algo no funcionaba. Era como si vibráramos en frecuencias diferentes y eso es muy delicado para una banda. Sentíamos que algo se nos escapaba de las manos y para ser honestos, decidimos parar y evitar hacer discos que no nos gustasen o hacer crecer el público sin sentirnos orgullosos de lo que hacíamos. Por eso decidimos parar y con esa misma naturalidad hemos vuelto. Tras ocho años, nos juntamos por primera vez este verano para comer, hablamos y fue como si todo lo que nos desunía como grupo hubiera quedado atrás.

--Sorprendió bastante que dejaran el grupo en lo más alto.

--Éramos y volvemos a ser un grupo que hacemos las cosas de corazón. Si dejas de creer en la esencia no tiene sentido lo demás. Si volvemos ahora es porque esa esencia vuelve a existir. Sería absurdo no hacerlo.

--¿En qué ha cambiado la banda en esta nueva fase?

--Básicamente en que han pasado ocho años en los que cada uno ha hecho su vida. Hemos tenido tiempo de recordar y mirar con perspectiva. Creo, además, que tiene mucho que ver con lo de que cuando pierdes algo lo valoras más. En este tiempo todos hemos hecho cosas y nos ha ido de puta madre, pero este grupo es algo muy especial.

--¿Qué nos vamos a encontrar en El Rinoceronte?

--Es un disco de reencuentro, donde es muy importante el equilibrio. El sonar con una experiencia pero, a su vez, con una nueva ilusión es algo que caracteriza este nuevo trabajo. También jugamos mucho a mezclar la música de fuera de España, que nos gusta mucho, con la de aquí. Es un disco muy vivo.

--El lunes recibieron el Premio Global de la Música Aragonesa. Llega en buen momento, ¿no?

--Lo valoramos con mucha gratitud y mucha humildad. Creo que es un reconocimiento que nos lo dan por cariño. Aún no hay disco (salió ayer martes) ni gira y ya nos dan un premio.

--Una gira que comienza en Zaragoza el próximo día 28.

--Sí. Lo cierto es que no lo hemos elegido nosotros, no voy a mentir. Es cosa de nuestra compañía y surgió así. Aunque nos llevamos una gran alegría. Nos unen muchos vínculos a esta ciudad, conocemos a mucha gente.

--¿Compaginan proyectos individuales con Elefantes o el tiempo no da de sí?

--La vuelta del grupo es intensa y requiere toda nuestra atención y concentración Dicho esto, cada uno tiene sus proyectos y creo, además, que es muy sano que esto sea así. Poder salir de viaje para después regresar. No queremos hacer algo hermético, nuestro objetivo es disfrutar. Nos gusta la música y nos gusta estar juntos.