‘ríos de celuloide’

Autor: Jesús Lens

Editorial: Almed

Los que conocemos un poco a Jesús Lens sabemos de sus muchos conocimientos y saberes, divididos entre sus dos grandes amores: la literatura y el cine.

A la primera le ha dedicado mucho esfuerzo, tanto en la creación como en su estudio. Por el segundo ha organizado ciclos, encuentros, festivales, y publicado varios ensayos, el último de los cuales llega a mis manos con un sugerente título: Ríos de Celuloide.

Trata y propone al lector un viaje variado por ríos cinematográficos de todo el mundo, pero sólo de aquellos que nacieron al cine con el nacimiento del cine. Existían al margen de la ficción, claro está, corrientes y afluentes desde el albor de los tiempos, pero nadie los había filmado, el gran público no había visto aún sus cataratas, no había navegado entre sus rápidos ni había buscado oro en sus orillas ni sido arrollado por sus olas, devorado por sus cocodrilos o anacondas... Seguían siendo, por supuesto, el Amazonas, el Nilo o el Garañón, pero no se habían puesto de largo en la pantalla, momento a partir del cual todo cambió... O no, porque Lens, en sus viajes por esos míticos ríos de celuloide, no se limita a contarnos anécdotas de Werner Herzog o de Carlos Saura en sus particulares búsquedas de El Dorado, o cómo se filmaron las mejores escenas de Centauros del Desierto. No. Como viene haciendo en su blog Pateando el mundo, Lens no sólo nos hablará de colonos y vaqueros, de exploradores y tramperos, de cazadores y fugados en el Okavango o en El Tigre, sino que, al hilo de películas y actuaciones míticas nos irá relatando la historia de esas vías de agua y su influencia en la definición de territorios, países y continentes enteros.

Va a ser por tanto el ensayo, no de un géografo, no de un historiador, sino de un escritor, excelente, además, por lo que todos sus capítulos estarán trufados de vivencias y anécdotas, pasión y color.

Como en color y en blanco y negro son las fotografías que ilustran el volumen.

Reconocemos en ellas a grandes actores, Marlon Brando (Missouri), Jack Nicholson (Chinatown), Robert Michum (La noche del cazador, Río sin retorno)... líquidamente ligados a películas donde los ríos contribuyeron a engrandecer aún más sus legendarios perfiles.

Y recordaremos también, al mismo tiempo que su pegadiza música, el río Kwai. Volveremos a recorrer las marismas del Guadalquivir bajo las cámaras de La isla mínima. Tornaremos a pelear y perdonar con El hombre tranquilo, con un John Wayne que cambiaba a los pieles rojas del Oeste por Irlanda y por una pelirroja, Maureen O’Hara, mientras nuestra mente volverá a proyectar en su pantalla privada aquella escena antológica en el que el padre Lonergan intentaba pescar la trucha gigante.

Un festín para los amantes del cine, pero también para los letraheridos ávidos de coleccionar nuevas anécdotas en el rico mundo de las adaptaciones cinematográficas. Un descenso por los ríos más premiados en los Oscar y un regalo para los fanáticos de la aventura.