DIRECTOR Alex Proyas

INTERPRETES Will Smith, Bridget Moynaham

PAIS Estados Unidos

AÑO 2004

En el mundo futuro ideado por Asimov en sus novelas y relatos sobre una sociedad en la que conviven los humanos con los robots domésticos, las llamadas tres leyes de la robótica son sagradas. Si alguna de ellas no es respetada, el equilibrio mundial puede irse al garete. Los androides están programados para salvar vidas humanas, nunca para atentar contra ellas. Pero, ¿qué ocurriría si por algún fallo los robots tienen licencia para dañar a los seres que los han creado?

A partir de esta premisa, una de las muchas implícitas en los relatos que conforman la obra más célebre de Asimov, Yo, robot , los guionistas han confeccionado un relato de acción futurista en el que los dilemas robóticos y filosóficos planteados por el autor son sugeridos al gusto hollywoodiense.

La película, tiene un equilibrado empaque de producción. Alex Proyas parece alienarse al lado del protagonista, el detective que encarna Will Smith. Nunca ha creído en las bondades de la robótica, no acepta que el éxito de internet acabara cerrando las bibliotecas y se resiste de forma romántica a vivir en un mundo de almas de metal. Calzar las zapatillas deportivas de moda hoy, las Converse All Stars, es uno de sus actos reivindicativos.

El problema de concepto es que para defender las teorías del personaje de Smith, Proyas debe recurrir a todas las técnicas infográficas habidas y por haber, es decir, someterse a las leyes del mundo digital que combate el protagonista.

Si la historia tiene escasa sustancia y su desenlace es previsible, vulgarizando los misterios y dilemas de la obra original, su puesta en imágenes resulta de lo más satisfactorio. Una brillante secuencia, la del policía persiguiendo al robot acusado de asesinato entre decenas de androides dispuestos en hileras, como si se tratara de una persecución entre maizales, resume el esfuerzo visual de una película más lograda en la superficie que en lo que debería mostrar entre líneas.