Nuevos ataques armados en el estado nigeriano de Borno han obligado a una población de 50.000 personas a huir de sus hogares. El pasado 26 de diciembre se produjo el desplazamiento masivo de todos los habitantes de la localidad de Kukawa a la de Monguno, en el estado de Borno, colindante con Camerún y Chad, tras el ataque de grupos armados no estatales a la base militar en Baga.

Desde la oenegé Acción contra el Hambre, que tiene sede en Aragón, se ha puesto en marcha una respuesta de emergencia rápida para esas más de 50 000 personas desplazadas. Ya se han distribuido artículos no alimentarios a más de 800 familias. Asimismo, la organización humanitaria ha capacitado a 135 voluntarios para comenzar la evaluación masiva de niños con desnutrición y el consiguiente tratamiento en seis centros de salud.

«Actualmente contamos con 90 miembros en nuestros equipos que responden a las necesidades más urgentes de salud y nutrición, y agua, saneamiento e higiene. Pero todavía queda mucho por hacer», señala Shashwat Saraf, directora de Acción contra el Hambre en Nigeria, que se trasladó hasta Monguno para conocer de primera mano la situación de la población desplazada procedente de Baga, Doron Baga, Kukawa y Cross Kuawa.

«Alimentos, agua, ropa y medicamentos siguen siendo las necesidades más prioritarias», añade la responsable de Acción contra el Hambre en Nigeria.

Tras un segundo ataque a los cuarteles militares de Kekeno y Monguno, el 28 de diciembre, los trabajadores de oenegé presentes en la zona tuvieron que ser movilizados temporalmente a Maiduguri. Este escenario ha llevado a una notable ausencia de actores humanitarios en la ciudad de Monguno, a excepción del personal esencial para continuar con los servicios de salud y nutrición, tanto para responder como para incluso comprender la escala de las necesidades.

«Es vital que las organizaciones humanitarias regresen a Monguno para responder a las urgencias de los recién llegados, además de las que ya tenían la gran mayoría de desplazados internos que anteriormente han llegado hasta aquí», opina Saraf.