Zuera Solidario trabaja desde el antiguo matadero de la localidad, local cedido por el ayuntamiento que sirve como despensa y ropero para cientos de personas. Los servicios sociales municipales son quienes les indican qué familias precisan qué tipo de ayuda. Pero esa ayuda llega también a Zaragoza, a parroquias como la del Carmen o San Antonio de Padua.

Varias oenegés aragonesas acuden igualmente al antiguo matadero de Zuera para cargar sus furgonetas con ayuda humanitaria. Una de ellas es Arapaz-MPDL Aragón, que ha hecho llegar sus cargamentos al pueblo saharaui o a los refugiados palestinos en Líbano, entre otros destinos. Otras organizaciones han hecho llegar las donaciones de los zufarienses hasta países africanos como Gambia, Malí, Senegal, Congo o Malawi.

Malawi es precisamente el destino de uno de los proyectos de los que María Pilar Comín, la fundadora de la asociación, se siente más orgullosa. Hasta allí han llegado las compresas ecológicas y reutilizables confeccionadas por las voluntarias, el único material higiénico para la menstruación al que tienen las 50 jóvenes huérfanas que se beneficiaron del envío, que de otra forma tienen que dejar de trabajar o estudiar los días que tienen la regla.

Otra de las iniciativas de Zuera Solidario tiene que ver con el acceso a la cultura. Honduras, Perú y el Sáhara son tres de los países donde han ido destinados los cientos de libros, cuentos y enciclopedias que la asociación ha estado recibiendo de sus donantes desde el comienzo. Pero también han montado bibliotecas y ludotecas en pequeñas localidades aragonesas cuyos ayuntamientos no pueden asumir el coste.

Protectoras de animales, hospitales o residencias de ancianos han sido otras de las beneficiarias de la incansable labor de la entidad, que toca todos los palos de la solidaridad.