En Aragón, el 18,6% de la infancia vive en riesgo de pobreza y exclusión social. La brecha digital era ya una realidad antes de la llegada del covid-19, pero la emergencia sanitaria y el cierre de los centros educativos, el pasado mes de marzo, ha puesto de manifiesto las graves desigualdades de acceso a la educación online que existen entre los hogares con más y menos recursos.

Esta crisis «ha evidenciado aún más la necesidad de revisar nuestro sistema educativo. Creemos que no se trata de cambiar el modelo de enseñanza y pasar de uno presencial a uno virtual, sino de aprovechar las ventajas que nos ofrece la educación a distancia y hacerla accesible a todos los estudiantes», afirma Alberto Casado, director de Incidencia Política de la oenegé.

En palabras de Isabel Neila, representante de Ayuda en Acción en Aragón, «a pesar del esfuerzo de la Administración, en nuestra comunidad existe todavía alumnado que no puede tan siquiera seguir mínimamente su proceso educativo. Eso es debido a la carencia de dispositivos y conexión a internet en sus hogares, o por la imposibilidad de ampliación de datos móviles en los terminales de sus progenitores. Además, las insuficientes competencias tecnológicas del alumnado en los ciclos iniciales de Primaria dificultan la labor docente. Ello, unido a la imposibilidad de un acompañamiento familiar adecuado durante el proceso educativo, a la precariedad habitacional y laboral y al estrés derivado de las tareas de cuidado, hacen que exista una infancia que, a día de hoy, no tenga resueltas sus necesidades educativas ni garantizado su derecho básico a una educación de calidad».

Ayuda en Acción propone un paquete de recomendaciones a las administraciones competentes para garantizar el acceso a un modelo de educación a distancia, asegurando que todo el alumnado tenga las mismas oportunidades. Es necesario proporcionar a familias y centros educativos la infraestructura necesaria a través de sistemas de préstamo y conectividad gratuita. Asimismo, se ha de facilitar la formación en competencias tecnológicas, tanto al alumnado y sus familias, como a los docentes.

Pide mitigar los efectos de la pandemia para que ningún niño quede atrás, revisando los parámetros de superación de curso, evitando la repetición mediante el refuerzo escolar individualizado, también durante el periodo vacacional del verano, y asegurando que las medidas de continuidad educativa no olviden a la población escolar más vulnerable.

Ayuda en Acción propone el diseño y puesta en marcha de planes de prevención de cara al inicio de curso. La vuelta al cole ha de ir acompañada de un plan que recoja la incorporación progresiva a los centros educativos, con pautas y medidas de seguridad, y que incluya las que se tomarán en el caso de que una situación similar se repita.

Además, se ha de complementar la formación del alumnado con programas de educación básica en salud y desarrollar campañas de prevención contra el estigma. Y, dada la incertidumbre sobre la situación en la que se encontrarán los centros y las familias al inicio el curso, se ha de asegurar el apoyo continuado y de forma individualizada a todo el alumnado.