Tras una de las etapas más vergonzosas de la historia de España, la firma el 14 de noviembre de 1975 de los acuerdos tripartitos de Madrid -acuerdos ilegales en los que el gobierno español entregaba la administración del Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania-, el pueblo saharaui fue separado por el llamado muro de la vergüenza, que divide de norte a sur el Sáhara Occidental.

Hoy, el pueblo saharaui prosigue con su larga lucha pacífica para lograr lo que España le negó. Desde 1991, cuando se firmó un alto el fuego y se constituyó la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para la celebración del Referéndum), sigue esperando la oportunidad de votar en un referéndum de autodeterminación comprometido por la ONU y aceptado por Marruecos, que ahora se niega a cumplir.

Después de 44 años, una parte del pueblo saharaui, que durante más de cien años formó parte del territorio español y fue desde 1958 la 53ª provincia española, sigue bajo la represión del gobierno marroquí; mientras la otra sigue viviendo en los campamentos de personas refugiadas de Tinduf. Todo esto como consecuencia de la descolonización que no llevó a cabo el Estado español en el Sáhara Occidental, como era su obligación y según establecieron las Naciones Unidas.

Mañana, 20 de junio, declarado Día Mundial de los Refugiados, no debemos olvidar que los y las saharauis son nuestros refugiados. Una población que en la actualidad asciende a 173.600 personas, que lleva 44 años soportando durísimas condiciones en el desierto, inclemencias climatológicas, hambre, enfermedades, carencias, aislamiento, pero con infinita dignidad y paciencia y con la esperanza de un día poder vivir libremente y decidir su futuro.

Los niños y niñas saharauis participantes en el programa Vacaciones en Paz que este verano cumple 40 años, son parte de esta población refugiada. Son ya demasiadas generaciones que no conocen su tierra, el Sáhara Occidental. Ojalá algún día dejemos de acoger niños y niñas saharauis, pues eso significaría que han vuelto al lugar de donde proceden, donde les correspondes estar por legalidad y justicia. Para finalizar, me hago eco de las palabras de Hindu Gailani, responsable de la Unión de Mujeres Saharauis de Dajla: «Agradezco la solidaridad de las familias de España que acogen con cariño a nuestros hijos en Vacaciones en Paz, pero les recuerdo que en este árido desierto permanecen miles de madres anhelando su regreso después de cada verano desde hace ya demasiados veranos. Agradezco la posibilidad que les ofrecen de bañarse en las playas de España, pero les recuerdo que en el Sáhara Occidental les esperan cientos de playas bañadas por un inmenso y maravilloso océano. Agradezco su ayuda, agradezco sus promesas, pero tengo que decirles que los saharauis estamos hartos de sentir la desagradable sensación de habernos convertido en un parque temático: el gran parque temático de la solidaridad. Por favor, ¡sáquennos de aquí! ¡devuélvannos nuestro país! Y háganlo antes de que las madres saharauis y marroquís tengamos que llorar de nuevo sobre la sangre derramada de nuestros hijos».