La Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) y la Plataforma Ciudadana contra el Racismo celebran hoy un acto para escenificar la donación de la recaudación del concierto solidario que se celebró el pasado 4 de marzo en el Auditorio de Zaragoza, a los tres proyectos para refugiados descritos en la página anterior.

El espectáculo, en el que actuaron desinteresadamente el grupo zaragozano The Bronsons y los canarios Efecto Pasillo, formaba parte de la campaña Migrar #EsUnDerecho, desarrollada por las dos organizaciones entre los años 2016 y 2018.

Tal y como expone Estrelicia Izquierdo, técnica de cooperación de la FAS, «el objetivo no era recaudar dinero, sino sensibilizar a la población joven» sobre las causas que empujan a miles de personas a abandonar sus hogares, desde los países del sur, en un arriesgado viaje hasta Europa.

En un principio, incluso se plantearon hacer el concierto al aire libre y con entrada gratuita. Pero las fechas y el mal tiempo hicieron que la fiesta se trasladase a un recinto cerrado, por lo que «se decidió poner un precio bajo, porque el objetivo no era recaudar, y destinar el dinero de las entradas a tres proyectos».

La decisión del destino de los fondos no fue casual. «Su elección también fue parte de ese fin sensibilizador», aclara Estrelicia. «Los tres proyectos elegidos reflejan diferentes situaciones del refugio que queríamos visibilizar: un campo de refugiados en África, un espacio de tránsito y espera para llegar a Europa y el proceso de integración en Zaragoza», detalla.

Finalmente, más de 1.000 personas asistieron al concierto de The Bronsons y Efecto Pasillo. Desde la organización se mostraron muy satisfechos con la asistencia, pero sobre todo «por la diversidad del público que acudió. Vinieron desde personas muy jóvenes hasta un público mayor, entre los que había familias enteras. Y también tuvimos como invitadas a un grupo de personas refugiadas que han sido acogidas en Zaragoza», comenta Izquierdo.

Para reforzar el mensaje que se pretendía transmitir a los jóvenes, en el Auditorio se dispuso un espacio que imitaba a un campo de refugiados, y un grupo de animación recreó, desde el humor, las duras pruebas que los migrantes han de sortear en su camino a la tierra prometida.

Hoy, en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza, se cerrará el círculo con la entrega del dinero recaudado a Proyde, Caminando Fronteras y Accem.