Más de 25.000 personas se han movilizado ya por el terremoto y posterior tsunami de Indonesia, ante la llamada de colaboración del Comité de Emergencia de España. Gracias a sus donaciones se atenderá a la población damnificada a través de enseres de primera necesidad, alimentos y asistencia sanitaria para evitar la propagación de epidemias. Se les proporcionarán espacios especiales en los campamentos de evacuación donde los menores podrán ser atendidos, monitoreados y recibir apoyo psicológico básico y aprendizaje.

A raíz de esta catástrofe natural, el Comité de Emergencia se ha activado por primera vez en España para hacer un llamamiento conjunto a la sociedad con el objetivo de dar respuesta a la solicitud de ayuda internacional que demandó el Gobierno de Indonesia tras el terremoto y tsunami que azotaron Palu, Mamuju y Donggala, área en la provincia central de Sulawesi en la Isla de Célebes, el pasado viernes, 28 de septiembre.

Este desastre natural ha causado más de 1.900 víctimas mortales, 200.000 damnificados y más de 74.000 personas desplazadas en centros de acogida, cifras que se espera que sigan aumentando en los próximos días.

En respuesta a esta tragedia, las seis oenegés que forman parte del Comité de Emergencia (Acción contra el Hambre, el comité español del ACNUR, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision) han movilizado a sus equipos. También han activado el protocolo del comité, que ha conseguido movilizar a más de 25.000 personas en España en los primero tres días de actuación, contando con la colaboración de más de quince empresas y de los grandes grupos de medios de comunicación españoles. El objetivo es llamar a la solidaridad de forma masiva y conseguir más ayuda en menos tiempo para canalizarla de forma más eficaz.

A través de estos donativos se contribuirá en parte a cubrir la ayuda que necesitan más de 500.000 personas damnificadas, ofreciendo alimentación de primera necesidad, kits de refugio y material de abrigo para quienes lo han perdido todo.

Además, se facilitará asistencia sanitaria, saneamiento y potabilización del agua para prevenir posibles epidemias que amenazan ahora a la población de la isla.

«Cuando intento volver a mi aldea, me acuerdo del gran terremoto. Todavía estoy en shock, fue muy aterrador», relata Nursanti, superviviente de 32 años. «Perdimos todo. Nuestra casa está derruida. Ahora dormimos a la intemperie sin una tienda de campaña propia. Hemos estado viviendo aquí con mi bebé durante los últimos cuatro días. Hace viento y frío por la noche. Mi hija Nabila, de 8 meses de edad, se ha resfriado. Está enferma», añade.

Una de las prioridades en la zona cero es atender a la población más vulnerable, principalmente a los niños. Muchos de los menores se encuentran solos porque han perdido o no encuentran a sus familiares, por lo que corren el riesgo de ser víctimas de la explotación infantil y tráfico de personas. Para evitarlo se les proporcionará espacios especiales en los campamentos.

Así, el Comité de Emergencia de España se ha sumado a los de diferentes países como Alemania, Holanda, Reino Unido, Canadá y Japón, entre otros, que también se han activado para canalizar la ayuda a los damnificados de la zona.