Una mezcla de calentura patriotera, manipulación política y lucha por el poder hizo posible el alumbramiento de la División Azul, unidad formada básicamente por jóvenes voluntarios falangistas, oficiales del Ejército y algunos forzados a enrolarse para evitar la cárcel o satisfacer la ambición de sus superiores en alguno de los entonces numerosos acuartelamientos. El 22 de junio de 1941, la Wehrmacht --Ejército alemán-- puso en marcha la Operación Barbarroja : cruzó la frontera de Polonia con la Unión Soviética e inició un rápido avance en abanico hacia Leningrado, al norte, y Moscú, al este. Dos días después, José Luis Arrese, ministro secretario general del Movimiento, movió los hilos para que falangistas inflamados por un anticomunismo visceral se dirigieran en manifestación por el centro de Madrid hasta la sede del ministerio, en la calle de Alcalá. Aquella multitud vociferante pidió al Gobierno que autorizara la formación de una unidad para luchar en Rusia.

Aquel mismo día, Ramón Serrano Súñer, ministro de Asuntos Exteriores, germanófilo dotado de una astucia poco común y volcado en la lucha por el poder, dio el visto bueno con una frase rotunda: "Rusia es culpable". En los días siguientes, mientras los falangistas organizaban oficinas de reclutamiento en todo el país, el Gobierno creó la División Española de Voluntarios, que enseguida fue conocida como División Azul, nombre alusivo al color de las camisas de la Falange. Serrano no perdió tiempo en declarar al diario alemán Die Deutsche Allgemeine Zeitung que la no beligerancia sería sustituida por la "beligerancia moral".

Soldados nazis

La beligerancia moral consistió en la formación de una unidad de 18.000 hombres que, a todos los efectos, pasó a formar parte del Ejército nazi. La División Azul, que partió de España el 13 de julio de 1941 a las órdenes del general Agustín Muñoz Grandes, se transformó en la 250 división de la Wehrmacht en cuanto los primeros soldados llegaron a Grafemwöhr, en Baviera, para seguir un corto periodo de instrucción. El alto mando alemán respetó los grados del cuerpo expedicionario español, pero los recién llegados hubieron de cambiar sus uniformes caqui por los grises del Ejército de Hitler y tuvieron que jurar fidelidad al Führer . A Muñoz Grandes le dispensaron un trató poco airoso: nunca se pudo relacionar directamente con el mariscal Von Leed, jefe del Cuerpo de Ejército del Norte.

En términos generales, los combatientes españoles abrazaron con convicción ideológica la causa nazi, y aún hoy pueden leerse frases como la que sigue en la web de la Fundación División Azul: "Todas las naciones de Europa comprendieron la trascendencia del hecho: se iniciaba la lucha de Occidente contra el régimen soviético, anticipándose al asalto del continente por el régimen criminal y opresor comunista".

Cruces de hierro

El campo de operaciones de la División Azul fueron los frentes de Novgorod, de octubre del 41 a febrero del 42, y el de Leningrado, a partir de aquella fecha. El repliegue por etapas empezó en octubre de 1943 y el 3 de marzo de 1944 se ordenó la repatriación total. Los combatientes movilizados fueron 48.000, incluidos los 18.000 iniciales, de los que casi 5.000 perdieron la vida, y de ellos, algo menos de la mitad --2.252-- murieron en la batalla de Krasni Bor, el 10 de febrero de 1943.

De Muñoz Grandes --Cruz de Hierro con hojas de roble-- y el general Emilio Esteban-Infantes, su sucesor a partir de diciembre de 1942, para abajo, más de 4.500 combatientes recibieron condecoraciones nazis: Cruz de Oro, Cruz de Hierro de 1 y de 2 clase y otras 2.216 distinciones menores. El mismo trato honorífico recibieron los 150 integrantes de la Escuadrilla Azul, que se integró en la Luftwaffe al mando del general Reichtofen, jefe de la Legión Cóndor, que participó en la guerra civil al lado del general Franco.

Los últimos componentes de la División Azul que regresaron a España fueron 248 prisioneros del Ejército soviético que llegaron a Barcelona el 2 de abril de 1954, a bordo del mercante griego Semiramis . Se cumplían casi nueve años de la derrota alemana en la segunda guerra mundial.