La familia Aznar fue de mitin sin los hijos varones, pero con el yerno, Alejandro Agag. "No me hagáis pasarlo mal", dijo el presidente, con la lágrima controlada, a sus fieles, que le piropearon en cada pausa del discurso. "Soy sequerón y algo brusco", se definió el líder. "Eres un cielo", replicó una seguidora. Su hija, Ana, rompió a llorar y a Ana Botella le brillaban los ojos: para la esposa del presidente fueron los primeros agradecimientos de éste.