El presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, defendió ayer la educación religiosa y se mostró "indignadísimo" por el clima social que, a su juicio, se respira en la sociedad española contra la Iglesia, que no dudó en calificar de "canallada". Jiménez de Parga hizo esta declaración de fe en el acto de presentación de la memoria anual de la institución judicial.

El magistrado compareció por última vez como presidente del Tribunal Constitucional, al vencer su mandato de nueve años al frente de este organismo. En los próximos días, el Gobierno designará a dos nuevos magistrados, y se procederá elegir presidente y vicepresidente.

Quizá por ello, Jiménez de Parga se dejó llevar por los recuerdos, y finalizó su alocución con una defensa encendida de la Iglesia y la educación religiosa. Sin que viniera a cuento, el presidente del Constitucional tildó de "canallada histórica" y de "basura" las críticas a la Iglesia.

El magistrado dijo que se sentía muy orgulloso de haber pasado 12 años en un colegio de hermanos maristas, aunque sus hijos le llamen "carca". Y proclamó que está "indignadísimo" por las críticas a la educación religiosa y que no está dispuesto a tolerar ese clima, ya que le provoca "mucho dolor". Además, aseguró que, cuando deje el cargo, dirá "todo lo que piensa".

OBRAS "BLASFEMAS" Después, en una conversación informal con periodistas, explicó que su reacción respondía a la exhibición de obras "blasfemas" como Me cago en Dios , un monólogo teatral de Iñigo Ramírez de Haro, cuñado de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el último filme de Pedro Almodóvar, La mala educación .

El presidente del Constitucional subrayó que la Constitución establece que España es un Estado aconfesional. "Que no es lo mismo que laico", matizó. Y se negó a relacionar ese clima anticlerical con el Gobierno socialista, aunque preguntó si Ramírez de Haro era de ese partido.

EL SIGLO X Además, reiteró que Andalucía tuvo "un desarrollo superior" al del resto de la Península en el siglo X. Esa tesis ya la defendió hace año y medio, cuando dijo que los catalanes de la Edad Media no se lavaban mientras en Granada había fuentes con agua de colores.