—Lleva más de trece meses en prisión. ¿Cómo afronta moralmente esta situación?

-Con mucha tranquilidad y serenidad. Más como un corredor de fondo que un esprínter. Cuando te das cuenta de que ya no tienes miedo te sientes una persona libre e, ironías del destino, esto es lo que me ha pasado en prisión. A pesar de ser inocente, esto va para largo. ¿Pero puede la opinión pública española aguantar muchos años que el presidente de la entidad más grande del Estado esté en la cárcel? ¿Y a representantes elegidos democráticamente?

—¿Por qué afirma que el registro en Economía del 20-S fue una trampa del Estado?

—El Estado quería provocar violencia en las calles y justificar la represión. Solo con la violencia se puede sustentar el relato judicial actual. Dejar unos coches con armas sin vigilar o estar ocho horas ante la sede de un partido político sin permiso judicial solo busca tensionar y provocar incidentes. No caímos en la trampa. Y de hecho más de 120 catedráticos de Derecho de todo el Estado --nada sospechosos de independentistas- han vuelto a decir que no hay ni rebelión ni sedición.

—El ‘president’, el ‘Govern’ y muchos otros defienden las mismas ideas que usted, y están en libertad. ¿En España se persiguen las ideas o a aquellos que rompen las leyes para convertirlas en realidad?

—¿Qué ley he podido romper yo? ¿Manifestarme, reunirme, defender el derecho a la autodeterminación? Yo no soy político, ni miembro de ningún gobierno. Nadie está a salvo ante un Estado dispuesto a todo para salvaguardar la unidad de España. Se me acusa de gritar «¡No Pasarán!», como los ciudadanos de Madrid en 1936 que resistían a los militares sublevados del dictador Franco. Este es el nivel.

—Se convocó el 9-N para consultar la opinión de los catalanes sobre la independencia, las elecciones del 27-S para plebiscitarla y el 1-O, para refrendarla. ¿Cmo se puede explicar a los catalanes partidarios de la independencia que el objetivo vuelve a ser de un referéndum pactado, que por otro lado ninguno de los grandes partidos españoles está dispuesto a conceder?

-El referéndum pactado es una opción, pero no la única. No renunciamos a ninguna vía, siempre que sea democrática y pacíficamente.

—Del 70-80% de los catalanes que quieren resolver este conflicto votando, un tercio prefieren un referéndum sobre el autogobierno. ¿Sería una solución?

—La mejora del autogobierno se refrendó el año 2006 y el PSOE, junto con el PP, la cepillaron y se jactaron de ello. ¿De verdad creen que volveremos a creernos un «apoyaré...»? Decir a la población que empecemos de nuevo aquel periplo de hace más de 12 años es una falta de respeto total, es conocer muy poco la situación actual.

—¿Tiene esperanzas de poder demostrar su inocencia en el juicio?

—Yo no tengo que demostrar mi inocencia. Soy inocente hasta que se demuestre lo contrario. Es uno de los principios básicos del Estado de derecho. Es la fiscalía, la abogacía del Estado y la extrema derecha de VOX las que deberán demostrar mi supuesta culpabilidad. No voy al juicio a defenderme de nada, no vamos a caer en esta trampa. Se intenta limitar mi derecho a la libertad de expresión, de manifestación, de disidencia política. La situación es muy grave porque del resultado de este juicio depende la calidad de los próximos años de los derechos individuales y colectivos en el Estado.

—¿Pactaría con el fiscal para evitar una larga condena a prisión?

—No, no hay ningún espacio para ningún pacto con la fiscalía. Esto ya no es una causa individual, es colectiva. Y asumo las consecuencias con tanta modestia como determinación.