El Tribunal de Apelación de París ha dado su visto bueno este miércoles a la extradición de José Antonio Urrutikoetxea, conocido como Josu Ternera, por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987, que causó la muerte de once personas, seis de ellas niños. La decisión será recurrida ante el Tribunal Supremo francés, indicó a los medios su abogada, Laure Heinich.

Al mismo tiempo, el tribunal reclamó a la Justicia española precisiones sobre las otras tres demandas de entrega emitidas por España: una de extradición y dos euroórdenes. Esas demandas, una vez recibido el complemento de información solicitado a España, serán revisadas el próximo 4 de marzo. Las dos euroórdenes emitidas por la Audiencia Nacional de Madrid son para juzgarlo, respectivamente, por crímenes de lesa humanidad en tanto que miembro de la cúpula de la banda que decidía los atentados entre el 2004 y el 2007 y por financiación de la banda a través de las herriko tabernas. La demanda de extradición (que no es una euroorden al haberse emitido antes de la entrada en vigor de ese instrumento de cooperación judicial) se refiere al asesinato en 1980 de

Luis Hergueta, directivo de Michelin en Vitoria.

Para la abogada de Josu Ternera, esa petición de aclaraciones es una muestra de la supuesta opacidad con la que la Justicia española está tratando a su cliente, a quien calificó de «negociador del conflicto vasco».

El veterano dirigente etarra, de 69 años, fue detenido el pasado 16 de mayo, tras casi 17 años seguidos de clandestinidad, en la localidad de Sallanches, en los Alpes franceses, y desde entonces ha estado encarcelado en París.

El cerebro

La realización material del atentado fue obra de dos etarras franceses, Henri Parot y Jacques Esnal, miembros del denominado comando itinerante. Josu Ternera, que llegó a ser parlamentario de Batasuna, está considerado el cerebro del atentado en su calidad de miembro de la cúpula de ETA.

Henri Parot, detenido en Sevilla en 1990, fue juzgado en 1994 por su participación en el atentado. La Audiencia Nacional le impuso una pena de 1.082 años de cárcel y le obligó a pagar 907 millones en concepto de indemnizaciones por muertes, heridas y daños materiales. La sentencia estableció que Parot recibió órdenes de Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito , de llevar a cabo un atentado con coche bomba en el cuartel de la Benemérita de la avenida de Cataluña en Zaragoza. Con objeto de preparar la acción, Parot viajó a Francia con Esnal.

El explosivo se colocó en un Renault 18 y los etarras huyeron, sucesivamente, en un Peugeot 205, un Renault 11 y un Ford Escort previamente preparados. El también etarra Txistu Aramburu colaboró en diversas fases de la operación. El explosivo, que los etarras fueron a recoger a una arboleda cercana al río Ebro, fue activado por Jacques Esnal. Tanto él como Parot sabían que en la casa cuartel había niños y mujeres, circunstancia que fue considerada como agravante.

En el año 2000, el atentado de la casa cuartel tuvo un nuevo desarrollo judicial cuando el fiscal de la Audiencia Nacional pidió 2.239 años de cárcel para Pakito. La sentencia determinó que este se reunió a finales de 1987 en el sur de Francia con miembros del comando itinerante de ETA y les ordenó trasladarse a Zaragoza para colocar un coche bomba de características especiales, dado que los miembros del grupo hubieron de recibir instrucciones precisas de José Arregi Erostarbe, alias Fiti , experto en explosivos de la organización.Ternera llevaba 17 años fugado.

“Tengo ganas de verlo sentado en el banquillo”

Lucía Ruiz es la delegada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Aragón y damnificada del atentado contra la casa cuartel de Zaragoza. Ayer, tras conocer que Francia iba a entregar a Josu Ternera para ser juzgado, no cabía en su gozo. «Estoy muy satisfecha, tengo ganas de verlo en el banquillo y que explique por qué lo hizo», señaló en declaraciones a este diario.

«Solo espero que no se demore mucho el día en el que sea juzgado, pero me imagino que Francia también querrá juzgarlo por las causas que allí tiene y eso nos va a retrasar el tan esperado día», afirmó Ruiz, mientras recordaba que durante 17 años estuvo fugado. Tiempo que, tal y como reconoció, perdió las esperanzas de que en algún momento fuera detenido. Todo cambió el 16 de mayo del año.

Lucía Ruiz era una niña de 5 años cuando los terroristas de ETA hicieron explotar 250 kilos de amonal. «Sobre las 6 de la mañana sonó un estruendo y mi padre entró en la habitación en la que dormíamos mi hermana y yo terminando de ponerse el uniforme. Éramos pequeñas, pero sabíamos lo que había pasado. Lamentablemente en aquella época era raro el día en el que no nos despertábamos con algo así. Nunca esperas que te pase a ti», recordó.