Sin posibilidad de acuerdo. La mayoría conservadora del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) quiere imponer a sus candidatos en la renovación de altos cargos de la carrera judicial, mientras que la minoría progresista pretende un reparto proporcional. Las divergencias se concretaron ayer tras el abandono de los vocales progresistas de la comisión de calificación que debe elegir a los candidatos para esos puestos.

La comisión de calificación está integrada por cinco vocales, tres conservadores y dos progresistas. Ayer tenían que designar una terna para nombrar a los presidentes de los tribunales superiores de Cataluña y de Murcia, y al presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional.

Los conservadores defienden la candidatura de la magistrada María Eugenia Alegret, afiliada a la Asociación Profesional de la Magistratura. A esta plaza también opta el actual presidente, Guillem Vidal, próximo a los jueces progresistas.