Antes del pasado verano, en vistas de abrir la negociación sobre los presupuestos del 2005, José Luis Rodríguez Zapatero ya exploró con el líder de ERC en el Congreso, Joan Puigcercós, y con el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, la posibilidad de estrechar la colaboración parlamentaria. El presidente del Gobierno llegó a ofrecer a Llamazares y Puigcercós la firma de un pacto con el fin de establecer en las Cortes "un marco estable de colaboración" similar a un acuerdo de legislatura, pero renovable cada año. Pero al final, ante los recelos por parte de algunos socialistas, que temían ofrecer una imagen de subordinación --sobre todo a ERC--, el PSOE optó por pactar sólo las cuentas del Estado y algunos ejes de la política socioeconómica.

P El PSOE ha vuelto ahora a considerar la posibilidad de un pacto, lo que ha animado a los republicanos a lanzar su oferta. Los socialistas siguen temiendo el coste electoral de ese entendimiento pero, sobre todo su grupo parlamentario, con Alfredo Pérez Rubalcaba al frente, considera oportuno sellar una alianza más estable tras los últimos traspiés en el Congreso. Por eso, ni el Gobierno ni el PSOE han hecho oídos sordos a la invitación que les lanzó Puigcercós el pasado día 2, inmediatamente después de que el PP abandonara el pleno del Congreso para boicotear la reforma judicial. Entonces, el dirigente de ERC recordó a Zapatero que su grupo está dispuesto a garantizar la estabilidad necesaria para que pueda concluir la legislatura sin más sobresaltos, prescindiendo de los populares. La reflexión en el PSOE sigue abierta.