Son todavía jóvenes como asociación. Pero cuando uno observa sus nombres juntos (en el directorio de su muy recomendable página web) o los ve reunirse en un acto --como ocurrió ayer-- su presencia emociona, porque son la retina y la memoria del periodismo aragonés de los últimos años. Profesionales para quitarse el sombrero (en este y en otros medios). Los que dejarán su imagen como herencia.

Ayer, los miembros de la joven Asociación Profesional de Fotoperiodistas de Aragón volvían a concentrarse para un estreno. Esta vez para la entrega de su primer premio especial desde su constitución, concedido a la fototeca de la Diputación Provincial de Huesca (DPH) por la labor realizada a lo largo de 30 años para documentar la historia de la provincia altoaragonesa desde el último cuarto del siglo XIX. Fue en el espacio Ámbar de La Zaragozana, en la capital aragonesa, en un acto en el que el presidente de la asociación, José Miguel Marco, estuvo acompañado de numerosos profesionales de los medios y también de quienes, normalmente, están al otro lado de su objetivo, como el presidente de las Cortes, Javier Sada, o el alcalde Jorge Azcón. Una fiesta en la que los propios fotógrafos tuvieron que estar a un lado o al otro, participando en inmortalizando el premio para crónicas como esta. Un premio a un archivo que cuenta con 400.000 imágenes bajo su custodia, y se ha convertido en un centro de referencia, no solo por el cuidado de la documentos sino por el fomento de la investigación a través de colecciones adquiridas como la del oscense Ricardo Compairé.